Telefónica de España despedirá a uno de cada tres empleados
Hace justo cuatro años, en julio de 1999, Telefónica se comprometió ante el Ministerio de Trabajo a no hacer más recortes de empleo en su filial de telefonía fija si el Gobierno daba el visto bueno al expediente de regulación de empleo (ERE) presentado para reducir 11.000 puestos de trabajo.
Ayer, la compañía presentó a sindicatos y Administración un nuevo plan de ajuste muy superior al previsto. Esta vez serán 15.000 empleos, el 37% de la fuerza laboral, a suprimir en cinco años, la mayor regulación que ha vivido el país. La plantilla de Telefónica de España será de 25.650 trabajadores en 2007 y 4.500 se irán este mismo año.
La compañía justifica la envergadura del recorte en la necesidad de 'asegurar la competitividad' de Telefónica de España en el nuevo entorno del mercado -caída de la demanda y previsión de menores ingresos-, lo que se 'traducirá en una garantía para el desarrollo de la sociedad de la información'. Lo cierto, sin embargo, es que Telefónica ha estado hasta el último minuto indecisa sobre la cuantía de la regulación. La decisión de ampliar el recorte a 15.000 empleados pretende suponer una limpieza a fondo de la filial de telefonía fija y la adaptación definitiva de su estructura al mercado liberalizado.
La promesa realizada por Telefónica al Ministerio de Trabajo en 1999 buscaba frenar las reticencias del ministerio ante la nueva modalidad adoptada por empresas en beneficios de recortar cantidades elevadas de empleo con cargo, en buena parte, a las arcas públicas. El tamaño del recorte y el coste para el Estado generaron una polémica que colocó al Gobierno en una difícil situación. Ahora, el expediente es incluso más ambicioso en número. Consciente de las repercusiones públicas que tendrá en cualquier caso el ERE, la operadora se ha cubierto las espaldas y ha optado por una fórmula neutral para el erario público, lo que facilita su aprobación por Trabajo.
La nueva regulación no contempla prejubilaciones. La gran mayoría de las supresiones de empleo se hará con bajas incentivadas, de forma que el coste lo asume la empresa y a la Seguridad Social no le cuesta nada salvo los subsidios de desempleo a que tenga que hacer frente.
Porque a la hora de negociar con Trabajo, Telefónica no es una empresa con problemas que justifiquen de forma clara la regulación de empleo y menos cuando las cuentas públicas son objeto de tanto cuidado. Si bien es cierto que la matriz cerró el año 2002 con unas pérdidas sin precedentes -sumaron 5.576,8 millones-, también lo es que proceden del cierre de las operaciones de UMTS en Europa y que la filial de telefonía fija en España tuvo beneficios, de 807,9 millones.
Aunque el ERE no tenga excesivo coste para el Estado, sí lo tendrá, y voluminoso, para Telefónica. La última regulación pasó una factura de casi 3.000 millones de euros, que la operadora cargó contra reservas, con la consiguiente salvedad de los auditores en las cuentas. Está por ver cómo contabilizará esta vez Telefónica el recorte, puesto que el coste va a ser similar y su asunción contra resultados en un solo año devolvería a la compañía a pérdidas.
Pese al aumento en la cifra de despidos, las condiciones de las bajas incentivadas serán similares a las del último ERE, según fuentes cercanas a la empresa. Las condiciones finales dependerán de la negociación con los sindicatos, que empezará hoy y se prolongará por un mes. Por el momento, las centrales ya han logrado una de sus reivindicaciones. El ajuste será voluntario, universal y no discriminará por edades o áreas, aunque Telefónica intentará que se concentre en las divisiones que más lo requieran.
La mayor regulación de empleo española
Las cifras de reducción de empleo que pretende alcanzar Telefónica en su filial de telefonía fija con un único ERE no tienen precedente en la historia española. De hecho, los números más cercanos proceden de la propia compañía y del expediente de regulación de empleo que presentó en 1999, con el que recortó casi 11.000 empleos en dos años.Sólo la suma de los despidos de un sector entero podría superar las cuentas parciales de Telefónica. Las empresas del acero suprimieron 30.000 empleos entre 1993 y 1997, según los datos de CC OO. Con todo, la operadora vuelve a liderar la clasificación si se suman todos sus recortes de plantilla. Telefónica de España tenía 74.340 empleados en 1993 y pretende cerrar 2007 con menos de 25.650. Son casi 50.000 empleos menos en 14 años.Los nombres que componen la lista de expedientes más voluminosos corresponden a empresas que han pasado por duros ajustes o reconversiones. æpermil;ste es el caso de Hunosa, que ha regulado 5.246 empleos en los últimos cinco años, o de Ensidesa, que despidió a 5.000 trabajadores entre 1999 y 2000. El sector naval, también acechado por problemas de productividad y competencia, prescindió de 2.600 empleados en esos mismos años.Aunque la situación de Telefónica no puede compararse con Hunosa o Ensidesa, la operadora sí considera que ha sido el mercado, la regulación y las condiciones de competencia las que han hecho necesarias todas las regulaciones de empleo que ha acometido. El marco regulatorio 'es el más exigente de Europa', asegura Telefónica, y la competencia desigual 'estrangula las posibilidades de crecimiento' de la compañía. Por ello, la operadora advierte que el ERE actual no servirá de nada si no hay 'cambio en el marco regulador'.