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Irak

Los ataques contra oleoductos agravan los problemas de EE UU para controlar el país

El Ministerio de Petróleo de Irak confirmó ayer que un oleoducto próximo a la frontera con Siria fue atacado en la madrugada. Se trata del segundo ataque en poco más de 24 horas y el tercero en un mes. 'Parece que hay gente preparada para atacar todos los días nuestras instalaciones', reconocía ayer a la agencia AFP un alto funcionario del ministerio. La persistencia de los ataques demuestra las dificultades de EE UU para controlar la zona y poner en marcha la poderosa industria petrolera del país árabe.

Ayer murió otro soldado estadounidense en un ataque con granadas en Khan Azaz, 20 kilómetros al sur de Bagdad. Desde que el presidente de EE UU, George Bush, declaró el 1 de mayo el final oficial de la guerra, han muerto 53 militares estadounidenses. Un grupo de senadores admitió ayer en Irak que las tropas estadounidenses deberán permanecer en el país unos cinco años para pacificar definitivamente la zona.

El mercado se felicitaba ayer de la reanudación de las exportaciones de crudo de Irak. Un millón de barriles partieron el domingo desde el puerto de Ceyhan (Turquía) hacia la refinería turca de Tupras. Este petróleo corresponde a la subasta realizada hace dos semanas sobre crudo almacenado antes de la guerra. La normalización de las exportaciones de petróleo es cada día más incierta.

Al mal estado crónico de las infraestructuras se une la cadena de sabotajes que han afectado las instalaciones. Hace un mes fue atacado un oleoducto que distribuye petróleo de Kirkuk y, el sábado, las instalaciones de la Compañía de Gas de Basora en Hit, 150 kilómetros al norte de Bagdad, lo que provocó problemas de suministro energético en la capital. La racha de sabotajes ha impedido que Irak lograse el objetivo previsto para junio de producir 1,5 millones de barriles diarios. El ritmo actual es de 750.000 barriles diarios, que no sirven para reanudar las exportaciones, suspendidas desde mediados de marzo.

El ataque del domingo tuvo lugar en el oleoducto cercano a al Abidiyah. Este conducto aporta a Irak dos salidas al Mediterráneo: Banias (Siria) y Trípoli (Líbano). Por el oleoducto corrían en la era Sadam 200.000 barriles diarios de petróleo que se vendían de contrabando a Siria.

El mercado de petróleo sigue con inquietud los acontecimientos. El barril de brent dio ayer una nueva muestra de la volatilidad y osciló entre 27,6 y 26,7 dólares, para situarse por debajo de 27 dólares en la parte final de la sesión. Desde mayo, el barril de crudo europeo se ha encarecido un 12,5%. Las tribulaciones de petróleo iraquí y el mal estado de las reservas de crudo en la OCDE mantienen la pujanza de la cotización.

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