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Encuesta

Sólo un 19% de los empresarios planea invertir en el Este por la ampliación

La posición de los ejecutivos españoles es 'paradójica', decía ayer Gil Gidron, socio de Accenture, en la presentación del informe, realizado con las respuestas obtenidas de 315 ejecutivos de todo el mundo. Por un lado, son los que más confían (un 90% de los encuestados), junto con Italia, en que la ampliación de la UE en 2004 supondrá un crecimiento sólido para los países candidatos; pero, por otro, sólo unos pocos tienen intención de probar suerte en dichos mercados.

Un escaso 15% de los españoles preguntados planea promover inversión en estos países (Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República Checa), porcentaje que se suma al 5% que ya lo ha hecho y desea continuar.

España va por detrás de otros países como Francia, donde un 36% de los empresarios ya ha invertido en el Este, Alemania (un 25%) e Italia (40%). En los últimos años, las empresas españolas con ambición de salir al exterior se han dirigido a América Latina, lo que, para Daniel Franklin, director editorial de EIU, ha sido 'un error porque es una región muy volátil económicamente'. En contraste, el 91% de los ejecutivos de todo el mundo entrevistados considera que la ampliación de la UE es una importante oportunidad de negocio. Las previsiones apuntan a que estos países crecerán a un ritmo del 3% anual, frente al 2% que se pronostica para los actuales miembros. Con estas perspectivas pasarán 90 años hasta que los nuevos socios alcancen el nivel de vida de los Quince.

El mayor atractivo para las empresas es el mercado de 75 millones de nuevos consumidores, a lo que sigue la relación coste-calidad de la mano de obra y las nuevas oportunidades de asociación.

No obstante, se perciben algunos riesgos, como una mayor rigidez en la aplicación de la legislación, por ejemplo en medio ambiente, para cumplir con las normas de la UE, y un encarecimiento de la mano de obra en los países candidatos.

Los sectores que se perciben como los más ventajosos son turismo, transporte, comunicaciones y productos de gran consumo.

España, sin embargo, 've con distancia la ampliación porque geográficamente está lejos', sostiene Franklin. En su opinión, se le presentan dos retos: aceptar la participación en las decisiones de un país parecido como Polonia y asumir la pérdida de parte de los fondos de la UE de que disfruta, porque 'ya no será el líder de los países pobres'.

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