La trama inmobiliaria que investiga el PSOE apunta a la dirección del PP
El PSOE celebró ayer en Madrid reunión extraordinaria de su comisión ejecutiva, en la que Zapatero aprovechó para transmitir a la dirección del partido su convicción de que está en el buen camino para desenmascarar los intereses inmobiliarios y políticos que llevaron a los diputados Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez a poner al alcance del PP el Gobierno regional de Madrid.
Zapatero puso el acento en la conversación celebrada el pasado 11 de junio entre el secretario general del PP de Madrid, Ricardo Romero de Tejada, y el constructor Francisco Bravo Vázquez. El primero fue alcalde de Majadahonda y forma parte de la junta directiva nacional del PP. Es un hombre de la confianza del vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, y tiene larga experiencia empresarial. El segundo aparece vinculado a una veintena de sociedades, la mayoría de naturaleza inmobiliaria.
Según reconoció ayer el propio Romero de Tejada, el encuentro con el constructor se produjo en la sede nacional del PP un día después de que estallara el escándalo en la Asamblea de Madrid. Según su versión, Francisco Bravo le presentó a Juan Antonio Teresa, concejal del Grupo Popular Independiente (GPI) de la localidad madrileña de Sevilla La Nueva, interesado en sumar sus votos a su antiguo partido, el PP, para impedir el acceso del PSOE a la Alcaldía.
El portavoz del PP en esta localidad, Ernesto Téllez, desveló ayer que Romero de Tejada había alcanzado un principio de acuerdo con el GPI pero, más tarde, los concejales de su partido lo echaron por tierra. 'Este señor Francisco Bravo me llama, me pide que si puedo recibir al candidato a la alcaldía de Sevilla la Nueva. Indudablemente, yo, en los momentos que tengo que realizar pactos con todo el mundo, no tengo más remedio y es mi obligación recibirle. Le saludo, me presenta a este señor Juan Antonio Teresa y se va', mantuvo ayer el responsable del PP en Madrid. Romero de Tejada reconoció también que antes había coincidido con el constructor en dos bodas y que sus conversaciones con él 'fueron completamente banales'.
Pregunta en el aire
La pregunta que se hicieron ayer los dirigentes del PSOE es que si el PP madrileño admite la mediación de un constructor para arrebatarles una alcaldía ¿por qué no para hacer lo mismo con el Gobierno de Madrid? Zapatero emplazó ayer a Romero de Tejada a dar explicaciones sobre esta negociación y subrayó el hecho de que se produjera sólo un día después de que Tamayo y Sáez formalizarán su 'traición' en la Asamblea de Madrid.
El equipo que ha designado Zapatero para conducir las pesquisas orientadas a destapar la trama que se esconde detrás de este escándalo está siguiendo numerosas pistas que guardan relación con almuerzos, cenas y otro tipo de encuentros entre los dos diputados y personas relacionadas con el PP y el mundo de la construcción.
Zapatero anunció ayer la inminente presentación de una querella criminal contra las personas que su partido considera son las principales implicadas en esta trama. Entre ellas se encuentran los dos diputados expulsados del PSOE.
'Estamos ante un golpe antidemocrático que intenta que no gobierne Rafael Simancas en Madrid y que busca otros beneficiarios. El PP es el único beneficiario objetivo y le pedimos que se explique', afirmó el secretario general del PSOE.
Zapatero descartó la posibilidad de exigir responsabilidades dentro de la Ejecutiva socialista a partir de la relación de algunos de sus miembros con los dos diputados 'traidores'. La corriente a la que pertenecen, Renovadores por la Base, respaldó la candidatura del propio Zapatero en el 35º Congreso del PSOE celebrado en julio de 2000. La compleja situación en la que queda la Federación Socialista Madrileña a raíz de este escándalo es también un problema añadido que queda aplazado.
Zapatero se reunió por la tarde con el consejero territorial del PSOE, donde se sientan los secretarios generales de las distintas federaciones, para analizar la crisis y las posibles respuestas.