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Privatización

Las ofertas a la baja por la filial de vida marcan la privatización de Musini

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) prevé cerrar la privatización de la aseguradora Musini en dos semanas. La intención de obtener el máximo precio posible por la filial Musini Vida, que se vende de forma separada, puede verse ensombrecida porque algunas de las compañías interesadas están planteando ir a la baja dentro de la horquilla de precios estimada. Varios de los concurrentes han pedido aplazar a mañana la presentación de ofertas vinculantes para poder estudiar más a fondo los datos de Musini. Es el segundo retraso en la última semana y media.

La venta de la aseguradora pública Musini encara la recta final con sombras de dudas en las ofertas. La privatización se hace en dos partes, por un lado, la matriz de Musini y, por otro, Musini Vida, a la que optan el holding Mapfre-Caja Madrid, BBVA y Caifor (aseguradora que La Caixa comparte con el grupo belga-holandés Fortis). Mapfre, que acude con el holding compartido con su socio Caja Madrid, también está interesada en la matriz Musini, por la que tendrá que competir con Caser (controlada por 36 cajas y las mutuas francesas MMA y Maaf). En esta última parte, primará ante todo el plan industrial y de futuro para la compañía que presenten los concurrentes.

La SEPI se ha planteado vender al mejor postor Musini Vida, pero puede tener dificultades para alcanzar la cifra de hasta 100 millones, la parte alta de la horquilla que ha trasladado a las entidades interesadas, según fuentes de las aseguradoras. Algunas de ellas están planteando la oferta más bien a la baja y más cerca del valor contable de la filial, estimado en 60 millones. Consideran que rozar los 100 millones es un precio demasiado alto.

Si los tres concurrentes optan por ofertas muy inferiores al máximo planteado, truncarían el plan de ingresos de la SEPI, que baraja cantidades superiores a 251 millones de valor contable que en 2002 tenía toda la compañía. Sin embargo, otras fuentes apuntan que desde el principio este organismo ha tenido claro que adjudicaría las dos partes de Musini al mismo concurrente. En este caso, sería Mapfre-Caja Madrid, que es la única que opta a los dos procesos. El sector da por segura esta adjudicación.

En cualquier caso, la SEPI no parece que pueda permitirse el lujo de paralizar de nuevo la privatización. Ha tardado casi cuatro años en volver a convocar un concurso para vender Musini, después del fracaso que obtuvo en 1999, cuando lo declaró desierto por los bajos precios que le ofrecieron. La ventaja de entonces es que optaban nueve compañías concentradas en siete grupos y ahora sólo son cuatro, lo que reduce las posibilidades. Todos, salvo Caser, repiten.

Esta última compañía ha tenido que explicar a sus múltiples y heterogéneos accionistas la compra y es de prever que apure el plazo para presentar la oferta. La SEPI ha tenido que retrasarlo dos veces en la última semana y media. La última vez porque varios de los concurrentes han pedido más plazo para estudiar la documentación de Musini y porque la SEPI ha añadido datos sobre una operación de escasa importancia, según este organismo. En principio, el plazo vence mañana. Fuentes cercanas al proceso no descartan una posible retirada de uno de los concurrentes. La SEPI quiere aprobar la venta en el consejo de finales de junio o, como tarde, de principios de julio.

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