Economía prepara una nueva ley de contabilidad para empresas cotizadas
El proceso para introducir la contabilidad internacional en las empresas españolas aún no ha terminado. El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependiente de Economía, se ha embarcado en una reforma global del derecho contable para dar cobertura a las normas internacionales. Entre los objetivos está dar poder a la CNMV para que verifique la contabilidad de las sociedades cotizadas.
Es un proyecto muy incipiente, muy ambicioso y muy esperanzador. El presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), José Luis López Combarros, define en estos términos el trabajo en el que ahora anda metido. No es para menos. El objetivo es abordar la reforma total del derecho contable para dar apoyo a la nueva contabilidad internacional, que en 2005 deberán adoptar los grupos de empresas cotizadas.
En el seno del ICAC, organismo dependiente del Ministerio de Economía, se baraja la elaboración de una ley, que quizá se llame ley de contabilidad. De no salir adelante esta nueva norma completa, 'sí habrá que modificar bastantes artículos de la Ley de Sociedades Anónimas y unos tres artículos del Código de Comercio', aclara López Combarros.
Una de las medidas prioritarias que aborda esta reforma del derecho contable es dar poder a la CNMV para que analice con detalle la contabilidad de las empresas cotizadas. Según aclara el presidente del ICAC, esta medida está en línea con lo que en Europa ya se ha dado en llamar reinforcement, es decir, reforzar el papel de vigilancia y de apoyo que ejercen determinadas instituciones, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), sobre las sociedades que se consideran de interés público.
En la actualidad, ningún organismo europeo equivalente a la CNMV tiene esta función, aunque se está trabajando en ello. Por eso, para López Combarros, el proyecto es ambicioso y situaría a España en el primer nivel de calidad.
Respetar las auditorías
Ahora, la CNMV recibe cada trimestre los resultados de las compañías. Se trata de un documento en formato electrónico en el que se reflejan las cuentas a nivel muy básico. Estos datos se acumulan en la CNMV, pero este organismo no tiene capacidad para verificarlos. Sólo en el caso de las sociedades de valores y Bolsa, de las gestoras de cartera y de fondos de inversión y similar, la CNMV sí tiene ese poder. Un poder que sí tiene el Banco de España para entrar en las cuentas de, por ejemplo, bancos y cajas o la Dirección General de Seguros ante las aseguradoras. Lo que se quiere ahora es que estas garantías se extiendan a los grupos de sociedades cotizadas, con un alto interés social, y que no son bancos, aseguradoras o sociedades de valores y Bolsa.
De prosperar el nuevo papel de la CNMV, el valor de las auditorías no se vería mermado, según explica López Combarros. Al contrario, la idea es que la CNMV pueda actuar cuando, por ejemplo, el auditor dude sobre si la forma de reflejar una operación se ajusta o no a la contabilidad internacional. Aún no se ha definido si se obligará a la CNMV a realizar esta labor en todos los casos o si sólo se le dará capacidad para hacerlo cuando lo crea necesario.
Aunque las sociedades no cotizadas también se vean afectadas por la contabilidad internacional, en concreto se quiere que sobre 2007 adopten las normas contables internacionales, el proyecto en el que ahora se trabaja no les afectaría. En cuanto a los plazos, López Combarros señala que 'no es un proyecto a corto plazo'. En todo caso tendrá que estar antes de que las normas internaciones de contabilidad empiecen a aplicarse en 2005. Uno de los grandes interrogantes que abre esta reforma es si la CNMV está en condiciones de asumir la que pueda ser su nueva tarea o si será necesario crear una plantilla de auditores en el seno de esta institución.