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Colombia

El relevo en Hacienda no afectará la política fiscal

Álvaro Uribe estrena ministro de Hacienda tras la salida de Roberto Junguito, quien deja en herencia una situación fiscal encaminada a cumplir los objetivos pactados con el FMI y una economía en recuperación. Es por esto por lo que es primordial que la entrada del nuevo titular, Alberto Carrasquilla, muestre una continuidad en la línea de acción de su antecesor.

La política económica en Colombia pasa por el difícil ejercicio de equilibrar las imperiosas necesidades sociales y los elevados gastos militares emanados de la lucha contra la guerrilla con una situación fiscal comprometida por una deuda pública que supera el 50% del PIB.

Con el fin de lograr este equilibrio, el Ejecutivo ha presentado una ambiciosa agenda de reformas fiscales. No obstante, gran parte de estas reformas se encuentran demoradas, ya sea en el Congreso, o en la justicia, en el caso de las que pretenden ser aprobadas vía referéndum popular. El avance en este frente sería un importante aliciente para el retorno de la confianza en la economía colombiana por parte de los inversores.

Las finanzas públicas han mostrado una importante corrección desde el cambio de Administración en agosto del año pasado

De cualquier forma, las finanzas públicas han mostrado una importante corrección desde el cambio de Administración en agosto del año pasado. Esto ha sido crucial para la exitosa negociación del acuerdo a dos años de 2.100 millones de dólares del FMI, que junto a otros programas con organismos multilaterales suma un paquete de 10.000 millones para los próximos dos años, que reduce de forma importante la dependencia colombiana a la financiación en el mercado internacional.

Gracias a estos avances y a una coyuntura regional favorable, el diferencial de riesgo de la deuda soberana en comparación con la tasa referencial de EE UU ha caído hasta 444 puntos básicos desde los 1.096 alcanzados en septiembre de 2002.

La economía creció un 3.8% en el primer trimestre del año, con lo que las perspectivas gubernamentales de lograr un crecimiento del 2.0% en 2003 resultan alcanzables. No obstante, esta cifra es, a todas luces, insuficiente para resolver los problemas sociales del país y desterrar los temores fiscales. Nuevamente, se pone en primer plano la necesidad de avanzar en las reformas fiscales y de seguridad ciudadana para atraer capitales.

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