Analizando proveedores
Se ha hecho esperar, pero por fin alguien ha dado un paso adelante con valentía y rigor y le ha puesto el cascabel al gato. O por lo menos lo ha intentado, que a buen seguro habrá opiniones para todos los gustos, según nos vaya en la feria. El caso es que Consumer.es, el diario del consumidor en Internet que publica la Fundación Eroski ha diseccionado en una prueba muy oportuna la velocidad y servicios de nuestras conexiones ADSL. No se ha hablado de otra cosa en estos días, porque el estudio no deja títere con cabeza, por más que nos cuente cosas que todos sabíamos, intuíamos o sospechábamos ardientemente. Verbigracia, que todos los paquetes de oferta ADSL suspenden en algún apartado del examen técnico, que dos de cada tres proveedores lo envían bastante más tarde de lo acordado, que uno de cada tres no ofrece siquiera el 65% de la velocidad prometida, que alguno empieza a cobrar un mes antes, que ninguno incluye información ni herramientas de seguridad y, lo más grave e incomprensible comercial y profesionalmente, que todos marginan a quien usa Mac o Linux. No es objetivo de esta columna referir los pormenores del análisis que están a disposición en Internet (www.consumer.es/prensa), sino recordar que siete años después las cosas no han cambiado un ápice.
Puede que muchos lectores no lo recuerden o ni tan siquiera conocieran de la existencia de la Red de redes en aquellas fechas aún iniciáticas para muchos, pero en 1996, poco más o menos un día como hoy, la revista señera de la informática que responde al nombre de PC World terminaba un análisis de los 50 principales proveedores de Internet en España que se publicaría en el número de verano, que hacía el 123 de la revista. Eran tiempos de boom en el subsector de los proveedores de conexión y comenzaban a surgir como setas. Y PC World hizo un estudio completo midiendo la velocidad de los proveedores españoles, que no se volvería a ver. La causa de su desaparición fue simple: venció arrasadoramente con 12 minutos en completar las pruebas de descarga una micropyme asturiana, Asturnet, duplicando el tiempo empleado la segunda clasificada, Divisa Informática. La compañía con la que Telefónica competía entonces en el segmento minorista (Teleline) no aparecía hasta 25 puestos más abajo con un tiempo de 45 minutos, el cuádruple que la pequeña empresa asturiana.
La razón de aquella clasificación era evidente: en aquellos tiempos de arranque, el conocimiento marcaba claramente la impronta y el conocimiento estaba del lado de los jóvenes emprendedores y no de las grandes compañías. Lo extraño es que las empresas no se hayan hecho con los jóvenes artífices de aquellos éxitos y más extraño aún es que en los departamentos de recursos humanos ni siquiera sepan de quién estamos hablando.
Y lo más gracioso es que aquellos primeros clasificados de hace siete años no marginaran entonces a los usuarios de Mac o Linux. Es más, el vencedor de la prueba tenía como servidor principal una máquina Intel corriendo Linux Slackware y algunos de sus servidores web eran un Mac corriendo MacHTTP y otro con un sistema operativo Unix que se instalaba en las máquinas de Apple y que llevaba por nombre Machten. Claro que era 1996, época de ingenuidad y ciertamente prehistórica. Después los grandes irrumpieron como elefantes en una cacharerría, comenzaron a regalar la conexión y barrieron del mapa a los pequeños y se acabó la atención para las minorías linuxeras y mackeras. ¡Qué tiempos aquellos!
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