La competencia une sus fuerzas
Hace casi un año, en julio de 2002, un grupo formado por 11 de las mayores gestoras del mundo envió una carta a los representantes de las tres mayores compañías de análisis de fondos de inversión: Lipper, Morningstar y S&P Micropal. 'Como representantes de las mayores gestoras transfronterizas de fondos en Europa, escribimos a los tres principales proveedores de datos de Europa', comenzaba la misiva. 'Llevamos tiempo sintiendo que para asegurar que nuestros productos están claramente ubicados para nuestros intermediarios y clientes es importante asegurar que tienen las mejores oportunidades de comprender lo que están comprando y de comparar de manera fidedigna unos fondos con otros'.
Aquella carta estaba firmada por Credit Suisse, Fidelity, Goldman Sachs, HSBC Asset Management, ING Investment Management, Invesco, JP Morgan Fleming, M&G, Merrill Lynch, Schroders y Threadneedle. En ella expresaban su preocupación por las inexactitudes que se producen a veces en las clasificaciones de fondos y en su posición en los rankings e instaban a las tres compañías de análisis a acudir a una reunión para debatir la creación de un sistema único de medición de la evolución de los fondos.
Esa iniciativa era la creación de una especie de lobby que buscaba aunar esfuerzos para conseguir lo que individualmente estas gestoras, que gestionan una parte muy importante de los fondos europeos, no habían conseguido. Sin embargo, unidos lo lograron. Estas 11 gestoras y las tres compañías de análisis crearon hace unos meses un foro para la categorización de fondos europeos (European Fund Categorisation Forum, EFCF) que se puso a trabajar en la búsqueda de unas normas comunes para toda Europa.
Las principales quejas de las gestoras son dos, ambas relacionadas con la puntuación que reciben los fondos (como las estrellas de Micropal) y en la que se fijan mucho los partícipes a la hora de invertir. La primera de ellas se refiere a la determinación de la historia que tiene el fondo. La disparidad de la cultura financiera y de las legislaciones en Europa obliga a muchas gestoras de actividad transfronteriza a crear fondos clónicos en cada país con tipos de acciones distintas. Por ejemplo, en España el inversor está acostumbrado a adquirir fondos sin comisión de apertura pero con comisión de gestión elevada. En el Reino Unido es habitual pagar una comisión de apertura a cambio de una de gestión menor. Las acciones de estos fondos son diferentes y se denominan por letras (A, B, E...).
El problema es que al crear un fondo clónico adaptado a cada país, las compañías de análisis toman la historia de ese fondo para puntuarlo y no la historia de fondo del que se ha clonado y que tiene el mismo equipo gestor. 'Lo que queremos es que se reconozca que el fondo es el mismo', afirma Ramón Esteruelas, director de clientes institucionales de ING Investment Management.
La segunda queja se refiere a la disparidad de criterios en las clasificaciones de las tres agencias de análisis. 'Morningstar, por ejemplo, incluye en la clasificación de renta fija euro a los fondos de deuda soberana y a los de deuda empresarial; mientras que Micropal las diferencia', explica Esteruelas. 'Es necesario ponerse de acuerdo'.
Esta misma semana, el foro hacía pública su existencia y el inicio de un acuerdo entre Lipper, Morningstar y S&P Micropal para utilizar unos estándares comunes a la hora de manejar la información de los fondos. De momento, se ha llegado a un acuerdo de principios en torno al primero de los problemas. Se anticipan tres situaciones en las que se permitirá traspasar la antigüedad de un fondo a otro: cuando haya distintos tipos de acciones para un mismo fondo (lo que sucede habitualmente en las sicav), cuando dos fondos coexistan bajo diferentes sistemas legales (en distintos países) y cuando los fondos se reestructuren (un fondo deja de existir para convertirse en otro fondo).
Durante la presentación del foro, Robert Higginbotham, director de ventas en Europa de Schroders, quiso resaltar que la creación de este foro demuestra que la industria de los fondos de inversión puede hacer progresos significativos para crear una infraestructura que soporte el desarrollo de un verdadero mercado paneuropeo sin recurrir constantemente a la regulación. 'Esto marca el primer logro de un grupo que representa a algunos de los actores más importantes en el negocio de la venta transfronteriza de fondos y al que seguirán otras iniciativas que mejorarán la transparencia y la inteligibilidad de la evolución de las inversiones en toda Europa', dijo.
El próximo objetivo de las tres compañías de análisis es aunar en lo posible los criterios de clasificación de los fondos. 'Sería bueno que hubiera cierta homogeneización, pero va a ser difícil y lento porque son tres empresas privadas y cada una tiene su sistema de medición y clasificación', sostiene Esteruelas. Sistemas, por cierto, que compiten entre sí. Entre tanto, legislativamente ya se han dado pasos en este sentido. La Ley de Instituciones de Inversión Colectiva española suprimirá las clasificaciones de FIM y Fiamm para adaptarse a la directiva europea.
Gestoras que se la juegan con el partícipe
'Si usted no gana, no cobramos'. Este eslogan de Bankinter para su nueva herramienta de gestión resume acertadamente el cambio de filosofía que comienza a asentarse en el sector y que busca recuperar la confianza del partícipe mediante el compromiso de que, si no hay ganancia, la gestora no cobra comisión. La idea tiene toda la lógica del mundo, pero no es la tónica que se ha mantenido hasta ahora, precisamente cuando además los mercados han sufrido importantes caídas. El partícipe se ha topado en estos últimos años con que tenía que soportar los costes de un fondo que encima estaba en pérdidas.Algunas gestoras están comenzando a aplicar esta filosofía, en un intento claro de recuperar la confianza perdida de los inversores. El de Bankinter es un ejemplo, el de Espírito Santo Gestión, otro. La gestora del banco portugués ha lanzado una novedosa prestación para dos de sus fondos más conservadores, según la cual, si estos fondos no alcanzan el objetivo de rentabilidad establecido por la gestora, ésta se encargará de abonar la diferencia al partícipe. 'Queremos hacer una buena gestión, pero si no llegamos al objetivo la comisión será menor, ésa es la clave', explica Pablo González, director general de Espírito Santo Gestión. La iniciativa de la gestora beneficia a los partícipes de dos de sus fondos conservadores, el Espírito Santo Tesorería Plus y el Espírito Santo Renta Plus. Ambos son fondos de los denominados monetarios dinámicos, que invierten buena parte de su cartera en deuda pública a corto plazo y el resto en otros activos, aplicando una gestión muy activa, para sacar algo más de rentabilidad. Se trata con ello de compensar al partícipe conservador, en un contexto de tipos muy bajos en el que las letras del Tesoro rinden menos que la inflación.El objetivo de rentabilidad para el Espírito Santo Tesorería Plus es el euribor a un año y el del Espírito Santo Renta Plus, euribor a un año más un 1%, en un plazo de 365 días a contar desde el 16 de junio. De no alcanzarse estos objetivos en el plazo señalado, la gestora abonaría la diferencia entre la rentabilidad alcanzada y la prevista hasta un máximo de 50 puntos básicos. No son, en todo caso, fondos garantizados y disponen de total liquidez.La promoción de Bankinter, aunque diferente, tiene cierta similitud. La entidad ha lanzado lo que denomina Acuerdos de Gestión, un servicio de gestión dinámica de carteras para pequeños inversores, a través de cestas de fondos según el perfil de cada cliente. Cada cesta se adapta a la tolerancia al riesgo del inversor. Es decir, la pérdida que está dispuesta a asumir. A menor tolerancia al riesgo, el objetivo de rentabilidad será menor. En el caso más conservador, con una asunción de pérdida del 2%, el objetivo de rentabilidad sería del 6%. En el más agresivo, a un nivel de tolerancia al riesgo del 25% en pérdidas, correspondería un objetivo de rentabilidad del 65%.La verdadera novedad de esta herramienta de gestión de carteras es que el banco se compromete con el partícipe, de manera que si su cartera no gana, la gestora no cobrará comisiones. Las comisiones oscilan entre el 0,15% de la cartera más conservadora y el 1,25% de la más agresiva.Espírito Santo Gestión está preparando el lanzamiento de un servicio de asesoramiento de inversiones con esta misma filosofía de jugársela con el partícipe y no ganar si éste no gana. Este servicio podría estar en marcha dentro de unos 15 días.