España no logra frenar el cambio del sistema de voto en la UE
La convención que elabora el borrador de la primera constitución europea alcanzó ayer, según su presidente Valèry Giscard d'Estaing, 'un amplio consenso' sobre tres de los aspectos más polémicos del texto: las funciones del nuevo cargo de presidente de la Unión, la composición de la Comisión Europea y la reforma del mecanismo de voto en el Consejo de Ministros.
En este último punto, España había advertido que vetaría la adopción de un reparto de votos proporcional a la población de cada Estado, pero los representantes españoles ante la convención no han podido impedir que el foro se decante por ese sistema. El método actual otorga 27 votos a España, sólo dos menos que Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Pero con el nuevo sistema, cuya entrada en vigor se propone para 2009 o 2012, la adopción de una propuesta necesitará el voto favorable de una serie de Estados cuya población sume el 60% del total de la Unión. En la práctica ese mecanismo reduce a la mitad la capacidad de influencia de España (40 millones de habitantes) frente a países como Alemania (casi 80 millones).
Madrid ha perdido de momento el envite, aunque aún no se ha cerrado el acuerdo definitivo. Los aliados, sin embargo, comienzan a desaparecer. Los países más pequeños han logrado una rotación equitativa en la futura Comisión, que se compondrá sólo de 15 miembros. Y se han rebajado los poderes del presidente de la Unión, una figura rechazada por una gran parte de la convención.