Los pequeños accionistas se unen para frenar los sueldos de los ejecutivos
La lista de empresas que ha encontrado fuerte oposición entre los accionistas por sus políticas de retribución aumenta por momentos. HSBC, Shell, Schroeder, Prudential, Glaxo-Smithkline, Barclays y Royal Bank of Scotland son sólo algunas de las que han tenido que hacer frente a la furia de los inversores. Otras, como la estadounidense Hollinger, se han visto forzadas a ceder para acallar las quejas. El activismo cobra fuerza.
El contrato de William Aldinger, un nuevo director de HSBC, ha sido uno de los últimos casos que ha provocado el enfrentamiento de accionistas. El sueldo de este alto ejecutivo podría alcanzar 37,5 millones de dólares en los próximos tres años. Los sindicatos en el Reino Unido, alarmados, hicieron campaña para lograr una fuerte oposición en la junta del banco del pasado viernes. Los esfuerzos de HSBC por convencer a los inversores institucionales de la validez del contrato no impidieron fuertes críticas en la junta.
Otros ya han movido ficha. Conrad Black, presidente y consejero delegado de Hollinger International, empresa editora de los diarios Chicago Sun Times y Daily Telegraph, se ha visto forzado a reducir su participación en la compañía. Los inversores no descansaron hasta conseguirlo, enfurecidos por los 200 millones de dólares que se embolsaron los directivos en los últimos tres años. Black prometió vender 10 millones de acciones para reducir su participación en la compañía hasta el 42% desde el 72%. El jefe de Hollinger también se comprometió a destinar como tope 20 millones de dólares al año para pagar los servicios de gestión.
El gigante farmacéutico GlaxoSmithkline es la principal empresa británica que ha visto rechazado su plan de retribución por parte de los accionistas. La compañía pretendía pagar al responsable ejecutivo de la empresa, Jean Pierre Garnier, un máximo de 28 millones de dólares si fuera despedido. Garnier tiene un contrato de dos años.
Tesco, el principal distribuidor del Reino Unido, también podría enfrentarse a este tipo de protestas en la próxima junta de accionistas prevista para el 13 de junio, según Pension & Investments Research Consultants. La consultora cuestiona por qué se ha aumentado en un 70%, hasta 4,6 millones, la indemnización por despido potencial de Therry Leahy, el responsable ejecutivo de Tesco.
Este año es la primera vez que los inversores del Reino Unido han votado las políticas de retribución. Su opinión no es vinculante, pero no seguir las recomendaciones de la junta da mala imagen a ojos del mercado.