Ericsson España prepara 122 nuevos despidos y otro recorte para 2004
No ha sido hecho público, pero habrá nuevos ajustes en Ericsson España. Para hablar de ello se reúnen esta misma mañana representantes de la empresa -ayer algunos analizaban en Portugal los malos resultados cosechados en el país vecino- y de los trabajadores. 'Es un encuentro informativo y no hay que darle mayor importancia', ha dicho un portavoz oficial de la compañía.
Sobre el fabricante de equipos de telefonía pesa un expediente de regulación de empleo (número 86/2002) que ya ha costado el puesto de trabajo a 463 personas desde diciembre de 2002. El compromiso de Ericsson, citan fuentes sindicales, era cerrarlo el próximo 30 de junio sin nuevos recortes. Y los mismos contactos apuntan hacia un cambio de postura de la dirección.
La ejecución del ERE supondría suprimir 122 contratos. 'Es el único documento firmado por todas las partes, está abierto y a nadie debería sorprender que hubiera nuevas bajas', sostiene la empresa.
Los trabajadores exigen conocer su futuro después de que fuera hecho público un plan que incluye 2.000 despidos antes de que finalice el año y otros 5.000 para 2004. Para minimizar su impacto en España, el comité de empresa pondrá en la balanza los resultados obtenidos durante el primer trimestre de 2003. Ericsson España facturó 102 millones, superando los 78 millones previstos inicialmente.
Las cuentas del grupo, pese a todo, siguen a la baja y las ventas hasta abril de 2003 fueron un 30% inferiores a las cosechadas en el mismo periodo de 2002, lo que empujó las pérdidas netas hasta 468,7 millones.
Así, la plantilla de Ericsson no ha dejado de adelgazar en todo el mundo. Empleaba a 107.000 personas en 2001 y finalizará 2004 con 47.000 profesionales.
En España, de los 3.500 asalariados de 2001 ha pasado a mantener en nómina a 1.740 personas. 'La venta de la fábrica de Leganés en 1998 fue el primer paso, ahora apenas prestamos servicios y a la vuelta de un par de años podríamos tener una simple presencia comercial', temen los trabajadores. Las mismas fuentes aventuran que a principios de 2004, 'si no mucho antes', Ericsson volverá a pedir autorización a la Dirección General de Trabajo para reducir su equipo.
Panfletos
La incertidumbre que vive la empresa ha fomentado el nerviosismo en el seno de la plantilla. La aparición de anónimos con duros mensajes contra sus ejecutivos es un reflejo de ello. En estos papeles se tachaba de 'fascista y terrorista' su estrategia; o se trató de sabotear la pasada campaña de Navidad lanzando mensajes negativos a la opinión pública. 'Eso es una anécdota', señala el responsable de comunicación.
Ericsson ha tratado de minimizar el impacto de los recortes con medidas de acompañamiento social en su última regulación de empleo. Destaca un programa de 'recolocación' por el que se busca ocupación a 242 ex trabajadores entre 7.000 empresas.