El Gobierno rebajará su objetivo de crecimiento si Europa no se recupera
Los datos de Contabilidad Nacional que ofreció el martes el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el crecimiento económico del primer trimestre del año han dado un respiro al Gobierno.
La economía española ha superado el examen (un crecimiento del 2,1%, similar al del final del año) en un entorno poco proclive, dada la incertidumbre generada por la guerra de Irak y la atonía en el Viejo Continente.
Sin embargo, el Ejecutivo es consciente de que será muy difícil alcanzar el crecimiento medio del 3% que incluyó en los Presupuestos Generales del Estado para 2003. Para alcanzar esa media, el PIB debería registrar un crecimiento exponencial que le llevara al 4% a final de año, algo que se torna muy difícil.
El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, abundó ayer en ello en su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados. De Guindos ofreció un panorama optimista de recuperación en los próximos meses (se crece más que en la UE y la inversión está reactivándose), pero reconoció las dificultades existentes en una economía tan abierta como la española, en la que 'el 50% del PIB depende de lo que ocurre en Europa'. Y lo que pasa ahora en Europa es un escenario de estancamiento (la zona euro tuvo un crecimiento nulo en el primer trimestre). De Guindos fue muy explícito. 'Si queremos ver recuperación en la economía española para que crezca a su nivel potencial del 3%, será necesario que Europa lo haga a una tasa del 1,5% o 2%, muy por encima del 0,5% de como está ahora', comentó a los diputados.
La UE, estancada
Servicios de estudios como el Centro de Predicción Económica (Ceprede) cifran el crecimiento de la UE en el 0,9%, similar a las tasas que maneja el propio comisario europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes.
Las cuentas de De Guindos se centran en un reflexión sobre la composición del crecimiento hasta marzo. La demanda interna (consumo e inversión) es la que lleva ahora el peso de la economía (crece al 3%) , mientras que el sector exterior restó hasta marzo 0,9 puntos al crecimiento económico. De hecho, de no haber sido por esta contribución negativa, la economía estaría creciendo a un ritmo próximo al 3%. Mientras no se recupere el sector exterior (las exportaciones), la economía española estará limitada a tasas de crecimiento del 2%, que es, precisamente, el nivel en que se haya inmersa desde hace cuatro trimestres consecutivos.
El gabinete del vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, está trabajando duramente estos días para afinar las nuevas proyecciones oficiales del Gobierno. Sobre la mesa tiene las que han efectuado ya sobre España los principales organismos internacionales. Todos prevén que el PIB español supere ampliamente al de la UE pero quede, al menos, medio punto por debajo del 3%. Es el caso de la Oficina de Estadísticas (Eurostat), el FMI y la OCDE. Lo mismo ocurre fronteras adentro. El consenso de 14 instituciones económicas (desde bancos, cajas de ahorro hasta universidades) se encuentra en el 2,3%, 0,7 puntos por debajo de la previsión oficial.
Correcciones
Los más optimistas son el Instituto de Estudios Económicos (IEE), y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que estiman el PIB en el 2,6%. Gabinetes de estudios como el de Caixa Catalunya lo sitúan por debajo, en el 2,1%.
Fuentes del Ministerio de Economía han asegurado que el ministro Rato no hará público el cuadro macroeconómico para 2004 hasta finales de julio. Rato aprovechará ese momento, como ya hizo en 2002, para dar un repaso a la coyuntura económica del año y 'hacer correcciones' si fuera necesario. En 2002, Rato utilizó el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones para rebajar, por segunda vez, la previsión de crecimiento del año, del 2,4% al 2,2% (al final el dato real quedó en el 2%).
A finales de julio, el Gobierno ya conocerá el crecimiento del segundo trimestre, con lo que tendrá una idea más ajustada de lo que ha ocurrido en el primer trimestre y por dónde pueden ir las tornas en la segunda parte del año.
Expertos en coyuntura, como Federico Prades, de la Asociación Española de Banca (AEB), avisaron ayer de la persistencia de varios problemas en la economía española, como el mantenimiento del diferencial de precios, el excesivo endeudamiento de los hogares y el encarecimiento de la vivienda. 'El mercado de trabajo presenta aún problemas de rigidez y segmentación', añade.
'Un euro fuerte exige vigilar de cerca los costes de producción'
La apreciación del euro frente al dólar tiene sus implicaciones económicas y no han pasado inadvertidas por el Ejecutivo.En los últimos 12 meses, la divisa de la unión monetaria se ha apreciado un 26% frente al billete verde, llegando a cotizar, incluso, por encima de su precio de salida. Ayer se intercambiaba más allá de 1,17 dólares. El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, valoró ayer positivamente la apreciación de la moneda única como un fenómeno natural de reequilibrio de lo que supone el potencial económico de la zona euro con relación a Estados Unidos. Entre las principales ventajas se encuentra la de 'propiciar un entorno de tipos de interés más reducidos' a los actuales. Por otro lado, reduce las tensiones inflacionistas en una economía muy indexada. Sin embargo, también hay claros inconvenientes. Los dos impactos negativos se centran sobre las exportaciones y sobre la competitividad en general.'Un euro caro con tipos de interés bajos exige un control de costes muy riguroso para no perder competitividad; a través de la política presupuestaria, por un lado, y vigilando muy de cerca los costes de producción, por otro', dijo. En estos costes, incluyó tanto la evolución salarial como los servicios y transportes. Es el precio que hay que pagar por mantenerse en la brecha del crecimiento. No obstante, la inclusión de España en la zona euro ofrece una de protección singular con respecto a los demás países que cuentan con la misma moneda.