Informática para la fórmula 1
Los coches de carreras están totalmente monitorizados con 300 sensores que permiten conocer al instante los fallos que pueden restar segundos a los pilotos
Alta tecnología para la alta competición automovilística. Motores, neumáticos, chasis, carburadores, alerones, pero también informática. Mucha informática. Los grandes equipos de fórmula 1 dedican mucho dinero y esfuerzo a conocer al detalle el comportamiento de sus bólidos en cada vuelta para poder sacar el mayor rendimiento de los motores y, por qué no, de los pilotos.
Circuito de Montmeló, Barcelona, viernes 2 de mayo a las 15 horas. El nuevo Ferrari de Michael Schumacher ha sacado más de un segundo en la parrilla provisional a los BMW-Williams. Concretamente un segundo y 279 milésimas al Williams de su hermano, Ralp Schumacher, y un segundo y 477 milésimas al del colombiano Montoya. Y la carrera es cosa de milésimas. 'Como te puedes imaginar, haber sacado los puestos 11 y 14 (sobre 20 pilotos) no es nada bueno para nosotros', declara Marc Gené, tercer piloto del equipo BMW-Williams y piloto oficial de pruebas de la escudería.
Segundos más tarde tras la prueba de clasificación, los ingenieros del equipo estaban ya analizando todos los datos informatizados de los dos coches. Porque ambos bólidos tienen unos 300 sensores que envían al instante información encriptada a los camiones laboratorio donde se desencripta y se reenvía a los boxes. Y no sólo a los boxes en el circuito; vía satélite los estaban recibiendo al instante en las factorías que el equipo tiene en Grove (Bran Bretaña) y Múnich (Alemania). Como declara un técnico del equipo, cada fin de semana de carrera se envían tres gigas de información.
Todo el sustento informático para tan compleja operación es suministrada por HP, principal patrocinador del equipo. Porque como insisten en la empresa de informática, la relación con BMW-Williams va más allá de la mera esponsorización. 'Somos su socio tecnológico', insisten. Por eso, además de los mecánicos, en el equipo hay gente de HP.
La empresa informática participa en todo el proceso. En primer lugar, en el diseño de los bólidos. A tal fin, disponen de un potente superordenador HPAlphaServer basado en Unix que permite emular el comportamiento aerodinámico del bólido en su conjunto, y no por distintas partes.
Pero una vez diseñado el coche, HP contribuye a conocer el comportamiento del bólido en marcha monitorizando el rendimiento sobre la pista. En cada carrera, el equipo monta una sofisticada estructura a pie de pista con dos servidores HP ProLiant en el garaje. La red está conectada con el camión de carreras de los ingenieros mediante una red LAN inalámbrica con funciones Bluetooth.
En los boxes también hay pantallas planas donde se puede comprobar de forma exacta parámetros como la temperatura del motor, la tensión de la batería, la presión del aceite o la presión hidráulica de los neumáticos. Pero, además, están comunicados vía satélite con Londres y Múnich para que allí también participen de las decisiones que se tomen para ajustar al milímetro el coche para la carrera de cada domingo.
Los Ferrari, números uno en la pista, disponen, según la empresa, no de 300 sensores, sino de 1.000. Será por eso.
Freno a la telemática en las carreras
El poder de los millones. La abultada diferencia entre los presupuestos de las escuderías que compiten en la Fórmula reina ha restado oportunidades a los equipos más modestos. La alta tecnología, tanto en bólidos como en sus sistemas informáticos, marca el rendimiento de los coches y, por ende, reduce espectáculo a las carreras.Para recuperar el espíritu de competición, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha establecido nuevas reglas para este año con la intención de igualar las oportunidades de las grandes marcas con las de las modestas.Entre las medidas, una restricción tiene un fuerte componente informático: el uso de la telemetría; es decir, el sistema que permite al bólido enviar a los ingenieros datos de su comportamiento mecánico cuando está corriendo.El año pasado la FIA permitió el uso bidireccional de la telemetría. Es decir, los técnicos podían enviar desde los boxes órdenes directamente al coche y solucionar todos los problemas al momento. Este año ya no se pueden hacer tales correcciones en medio de la carrera.