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Juan Ramón Quintás

'El temor es que se derrote a las cajas por la retaguardia de la vía normativa'

Las cajas de ahorros están en uno de sus mejores momentos. Representan la mitad del sistema financiero. Siguen ganado cuota de mercado a los bancos y se han convertido en el relevo de la banca en el capital de las grandes empresas. Su mayor influencia en el panorama empresarial ha levantado recelos en ciertos ámbitos políticos y empresariales. El Gobierno, mientras, insiste en pedir transparencia y profesionalidad a sus gestores, una insistencia que sorprende al sector, que teme posibles cambios legislativos.

Pregunta. En los últimos días han sido insistentes los llamamientos del Gobierno a las cajas para que aumenten su transparencia. ¿A qué lo atribuye?

Respuesta. Es una completa sorpresa. He repasado el comportamiento del sector y haciendo balance encuentro que su actuación es tremendamente positiva. En ninguna vía, ni en lo financiero ni en lo criminal, encuentro nada en donde las cajas no hayan tenido un comportamiento netamente superior a cualquier otro sector de la actividad económica del país. No lo comprendo. Supongo que quien haga manifestaciones en esta línea tendrá que explicarlas. Incluso cuando nos dejaron fuera de obligaciones de transparencia nos hemos autorregulado. No entendemos de qué va la guerra.

'En este país, las injerencias políticas no sólo las estamos viendo en las cajas de ahorros. En el sector seguirán, pero dentro de lo razonable'

P. ¿Cree que es un aviso para navegantes?

R. Las ideas no surgen de la nada. La generación espontánea no existe. Pero tampoco me consta que haya intoxicadores. Lo que sí es cierto es que las cajas siempre hemos mantenido exactamente las mismas obligaciones que tiene cualquier sociedad hacia sus propietarios. En ningún momento hemos pretendido que nuestras obligaciones con la sociedad sean inferiores. Nunca. De hecho, hemos ido por delante.

P. ¿Qué pasaría si triunfasen las ideas barajadas por ciertos grupos de presión que creen que las cajas deberían tener limitados sus derechos políticos en las empresas?

R. Iríamos en contra de todas las corrientes del mundo. Seríamos el primer país del mundo que solicita a una parte del sistema bancario que se inhiba de la financiación o del control de la economía real de este país.

P. ¿Si fructificasen estas tesis las cajas se retirarían de esas inversiones financieras?

R. Como creo que no vamos a llegar a esa situación no me lo planteo. Si las cajas no hubieran estado en la economía real, el derrumbamiento del mercado de valores hubiera sido terrible. Sabemos lo que ha ocurrido en un régimen de igualdad de derechos para las cajas y otras entidades en este país. No sabemos qué pasaría en un mundo distinto. Hasta ahora hemos visto que las cajas funcionan como un mecanismo anticíclico de la economía. Yo creo que no se van a tomar medidas de ese tipo. Si ocurriese lo contrario, no sería responsabilidad nuestra sino de otros.

P. ¿Cree que una vez que se adapten todas las cajas a la Ley Financiera terminarán las injerencias políticas de los Gobiernos autónomos?

R. Las injerencias políticas en este país no sólo las vemos en las cajas. En las cajas seguro que seguirán, pero esperamos que sea en un marco dentro de lo razonable.

P. ¿Los cambios electorales van a producir modificaciones considerables en los consejos de las cajas?

R. Los cambios electorales no van a ser dramáticos. Con el panorama actual no tengo la impresión de que vayan a producirse revolcones en los consejos de las cajas.

P. ¿Qué se ha sacado en claro de la última reforma?

R. Se verá en unos meses. Estamos en el periodo de adaptación y ésa es la parte mala del proceso porque es cuando se provoca tensión. Es cuando hay que reducir asientos, cuando hay gente que se queda fuera y eso provoca tensión y crispación, cuando cambian las relaciones de poder. Pero el balance es positivo. Creemos que la Ley Financiera da un paso fundamental al hacer muy difícil que nos podamos convertir en bancos de desarrollo regional.

P. ¿Cuál es el mensaje esencial que lanzó a las cajas en la última asamblea de la CECA?

R. Dice lord Byron que a veces el pasado es el mejor profeta del futuro. Las cajas se han desarrollado sin problemas y han prosperado mucho más en los periodos liberales y han tenido una existencia mucho más apagada en los periodos autoritarios. Después de un periodo de expansión y desarrollo de las cajas se crea una preocupación intensa de que puedan cambiar las cosas.

P. ¿Tiene sospechas de que el Gobierno tenga intención de cambiar algún aspecto de la normativa?

R. Veo las cosas que salen en la prensa y dicen por ahí. Pero me tranquiliza que Rato haya dicho que todo lo que el Gobierno tiene que decir sobre las cajas está en la Ley Financiera.

P. ¿Las cajas pueden morir de éxito?

R. Realmente el mayor riesgo de las organizaciones con éxito está en que se confíen o bajen la guardia. Si no se les puede derrotar por el mercado, el problema es que se las derrote por la retaguardia del desarrollo legislativo. Pero creemos que se sientan muchos cerebros sensatos en el Parlamento de este país que impedirían que se hagan barbaridades, aunque no sería la primera vez. Aquí ya no se confía nadie. Las cajas están descubriendo a la sociedad que el traje que tenían les ha quedado pequeño. Es un momento importante. Tenemos que ser discretos en el ejercicio y la exhibición de nuestra musculatura.

'Hoy vemos el futuro más gris que hace un mes'

El presidente de CECA es moderadamente optimista respecto a la evolución del negocio de las cajas. El primer trimestre han cerrado unas cuentas de resultados 'frágiles y ajustadas' como consecuencia del hostil escenario de tipos de interés. 'Me conformaría con repetir resultados', asegura. En todo caso, descuenta que 'el final de este año será peor que el principio' y reconoce que 'hoy vemos el futuro mucho más gris que hace un mes'.Aunque cree que se puede mantener el diferencial de crecimiento con sus competidores los bancos y, por tanto, seguir ganando cuota de mercado, mantiene que eso ya no es algo con lo que el sector 'esté obsesionado'. 'Durante muchos años ha existido la obsesión de ver si nos podíamos poner en pie de igualdad con la banca, pero una vez que lo hemos conseguido no hay ningún interés especial en seguir arañando al competidor'.Reconoce, incluso, que se sentiría 'más cómodo' si la tasa de crecimiento del crédito bajase, aunque subraya que la petición del Banco de España de moderación en el crédito responde más a un planteamiento macroeconómico que de puro negocio para las entidades. 'Yo lo único que puedo pedir es que extremen los filtros'. 'En una situación de repliegue de la morosidad es difícil decir que no a un cliente si cumple los requisitos'.Quintás afirma que la expansión de las cajas toca su fin porque la mayoría ha alcanzado la dimensión y apuesta por las fusiones virtuales. En este contexto, recalca los movimientos de externalización.

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