El freno inversor

La evolución de los flujos de inversiones exteriores en España en 2002 es relativamente aceptable desde el punto de vista numérico, pero está afectada por debilidades alarmantes en los ámbitos geográfico y sectorial. En un año caracterizado por la ralentización económica mundial, la entrada neta de capitales extranjeros en España, pese al 7,8% de caída, ha sido sensiblemente mejor que en el resto de países desarrollados. Mientras, el descenso de la inversión española en el exterior es inferior a la media de la UE.

Mantienen, sin embargo, ambos indicadores un fuerte componente especulativo, como refleja el hecho de que el 69% de las inversiones extranjeras corresponden a las entidades de tenencia de valores extranjeros, atraídas por los incentivos fiscales que desde 1998 ofrece España a estas sociedades holding, que suponen también el 49% de la inversión española. En esta última destaca, asimismo, la caída en América Latina, la fuerte concentración en países OCDE y la mínima participación de los mercados emergentes.