Siete regiones suprimirán el impuesto de sucesiones y donaciones
Las implantación del PP en siete comunidades autónomas (en seis ya gobernaba) tras las elecciones del domingo), da el pistoletazo de salida a la supresión parcial del impuesto de sucesiones, incluido en el programa del PP, para eliminarlo a lo largo de la legislatura. Actualmente, el tributo se exige en todo el país y se rige por una ley estatal, sin perjuicio de lo dispuesto en los regímenes forales (País Vasco y Navarra).
Son éstos, precisamente, los que ya han hecho uso de su amplia competencia normativa derivada de su régimen de concierto. En el País Vasco la exención es total para los parientes directos y en Navarra se exige un gravamen muy limitado.
En las comunidades de régimen común hasta ahora sólo se habían aprobado rebajas parciales en algunas de ellas, ampliando las incluidas en la ley estatal para el caso de transmisiones a minusválidos, por vivienda habitual, empresas familiares y bienes del patrimonio histórico.
Cantabria, en donde el PP ha revalidado la mayoría, ya había dado un paso de gigante al aprobar para 2003 la supresión del tributo (reducción del 99%) para herencias de padres a hijos y entre cónyuges, en la línea de Euskadi.
Ahora le tocará el turno al resto de comunidades en donde seguirá gobernando (Galicia, Castilla y León, Valenciana, Murcia, La Rioja), a la que se suma Baleares. La idea del PP es suprimir en una primera fase, el gravamen para hijos menores de 21 años, para después, en dos o tres años, extender las bonificaciones al cónyuge y demás hijos. Los fiscalistas creen que la supresión del tributo acabará por extenderse por todo el país dado que ninguna comunidad querrá perder contribuyentes que cambien su domicilio para proteger sus herencias.