Un merecido premio en tiempos difíciles
El acto de entrega de los Premios Cinco Días-Lipper a los mejores fondos sirvió de reconocimiento no sólo a los premiados, sino a todo el sector, que ha sabido lidiar con tres años de fuertes caídas bursátiles
El acto de entrega de los premios Cinco Días-Lipper del pasado martes fue, de alguna manera, un homenaje. No sólo a los gestores que obtuvieron un galardón, sino a todo el sector de las instituciones de inversión colectiva. Los invitados que intervinieron en la presentación lo dejaron patente cuando uno tras otro, en sus alocuciones, hicieron hincapié en el pesimismo que ha dominado los mercados en los últimos tres años, desde que estallara la burbuja bursátil. Fue quizá Luis Perezagua, consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, quién resumió más acertadamente el espíritu que reinaba en el Salón de los Pasos Perdidos de la Bolsa de Madrid. 'No quiero que los gestores que no han sido premiados se sientan decepcionados. Todos merecen un premio por estar en los mercados en momentos tan difíciles y luchar por sacar adelante la economía', dijo.
Javier Moreno, director de Cinco Días, también hizo referencia al pasado reciente del sector, recordando que ésta ha sido la tercera edición de los Premios Cinco Días-Lipper, lo cual tiene mérito en sí mismo porque han sido tres años complicados. 'Es algo que roza la heroicidad', subrayó.
Pero, a diferencia de ediciones pasadas de estos premios, el sentimiento de los presentes el martes pasado era de relativo optimismo, tras un primer trimestre en el que el sector, según palabras de Mariano Rabadán, presidente de Inverco, ha recuperado todo lo perdido el año pasado en términos de patrimonio. Luis Perezagua con datos recién sacados de las cocinas de la CNMV quiso adelantar la cifra oficial: el patrimonio de los fondos de inversión españoles creció en el primer trimestre del año un 5,92%. 'Esta cifra denota la fidelidad del partícipe en los fondos de inversión y eso es muy importante'. Para ilustrar sus impresiones señaló que tan sólo hay 800.000 partícipes menos que en diciembre de 1998, año de bonanza para el sector, y que en apenas tres meses, entre el 31 de diciembre de 2002 y el 30 de abril de 2003, han entrado 101.000 partícipes más.
Podría decirse que la velada del martes puso de manifiesto, como un enorme suspiro, que lo peor ya ha pasado. Más aún cuando el sector está gozando de una época dorada en cuanto reformas normativas. El 1 de enero de este año entraba en vigor la Ley de Reforma del IRPF, que contempla la despenalización fiscal del cambio de fondo. El fin de este peaje, como se le conoce, permite a los inversores traspasar su ahorro de un fondo a otro sin tener que tributar por las plusvalías generadas en el primero hasta que reembolse totalmente su dinero.
El peor año de la historia
Hace exactamente un año, cuando se estaba gestando esta ley, la incertidumbre campaba a sus anchas entre las gestoras de fondos, porque los primeros borradores de la nueva normativa excluían de esta despenalización fiscal a las sociedades de inversión colectiva, vehículo mayoritariamente utilizado por las gestoras extranjeras para comercializar sus fondos en España. Aquello provocó no pocas protestas y un cierto enfrentamiento dentro del sector que, de algún modo, marcó la entrega de premios de 2002. Un año, además, que Mariano Rabadán calificó como el 'peor de la historia de los fondos de inversión'.
Pero aquello ya es historia y la parquedad de palabras de entonces dio paso el martes pasado a discursos relativamente más extensos, optimistas y esperanzadores de cara al futuro del sector. Más aún cuando ya se está debatiendo en el Parlamento la Ley de Reforma de Instituciones de Inversión Colectiva, un texto que amplía el abanico de posibilidades de inversión de los fondos y sienta las bases para el desarrollo de la industria. La expectativa en torno a esta ley es muy alta. En un momento de la entrega de premios del martes, el presidente de un conocido banco de inversión se acercó a los periodistas presentes y les conminó a presionar al Gobierno a través de los medios para que la norma se apruebe en la presente de legislatura. 'Es muy importante', aseguró.
Porque una entrega de premios como ésta no es sólo eso, un reconocimiento a los mejores fondos y gestoras. Es también una ocasión para el encuentro, que da pie a la formación de corrillos y al intercambio de pareceres entre profesionales del sector de toda la vida que, si bien compiten entre sí en el mercado, han convivido laboralmente muchos años y trabajado juntos en pos del desarrollo del sector financiero español.
No todo eran, sin embargo, perros viejos en esto de la inversión colectiva. Muchas caras jóvenes poblaban el Salón de los Pasos Perdidos de la Bolsa de Madrid, como recalcó Rabadán, el presidente de Inverco, al comenzar su alocución. Gestores que apenas superan la treintena y que iban a recoger un premio -quizá el primero- a su buen hacer profesional. Se vio incluso alguna madre, de punta en blanco, que no quiso perderse el gran momento de su hijo.
Los Premios Cinco Días-Lipper, con tres años de historia, han ido asentándose pese a la negritud de los mercados de los últimos tres ejercicios. 'Esperamos que los premios sigan ganando en aceptación por parte del sector', señaló Juan José Seisdedos, director de Reuters -la compañía propietaria de Lipper- para España y Portugal. 'Y que se conviertan en un vehículo que promueva la competencia entre las gestoras de fondos'.