Bush logra una victoria política al lograr la aprobación de su plan fiscal
El vicepresidente Dick Cheney tuvo que hacer uso de su voto en el Senado, Cámara que preside, para lograr la aprobación de la ley por 51 votos a favor y 50 en contra. El margen de la Cámara de Representantes fue mayor, 231 frente a 200.
El coste del plan fiscal asciende a 350.000 millones de dólares en 10 años, de los que 330.000 responden a recortes de impuestos y 20.000 millones, a ayudas estatales. La petición inicial de Bush al Congreso fue de 726.000 millones, pero el presidente aceptó el acuerdo de las Cámaras y se comprometió a firmar la ley.
Los cambios más importantes son los relativos a la imposición sobre dividendos y ganancias de capital, que hasta ahora se incorporaban al resto de los ingresos personales y tributaban a un tipo entre el 27% y el 38,6% de la tarifa del impuesto sobre la renta. A partir de ahora, estos ingresos tributarán a un tipo único del 15% hasta 2008, aunque en el caso de las rentas más bajas el tipo cae hasta el 5%. Las inversiones que las pymes realicen en tecnología tendrán una desgravación de 100.000 dólares anuales.
Esta es la tercera rebaja fiscal aprobada por Bush en sus dos años y medio de mandato y su aprobación ha estado rodeada de no pocas críticas. Muchos republicanos, algunos de los cuales votaron en contra de la ley en el Senado, muestran preocupación por el aumento del déficit que provocará este nuevo recorte de impuestos. Sin los efectos de esta rebaja, el déficit iba ya a alcanzar este año 300.000 millones de dólares, récord en términos absolutos. El propio presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, cuestionó esta semana la eficacia de los planes de reducción de impuestos y alertó del negativo impacto al alza sobre los tipos de interés a largo plazo.
Algunos análisis emitidos ayer aseguraban que se tratan de recortes fiscales sin final. 'Nadie espera que las ayudas para los matrimonios y los niños, parte popular de la ley, vayan a expirar el año que viene, cuando expira la legislación', aseguraba un representante demócrata. De ahí que muchos expertos estimen que si se mantienen todas las rebajas aprobadas por 10 años el coste del paquete ascendería a 800.000 millones de dólares.
La oposición ha criticado con dureza el plan, por considerar que beneficia a los más ricos. Cheney se ahorrará con la nueva ley 107.000 dólares al año de su factura fiscal.