Las empresas españolas, dispuestas a aumentar las inversiones en Marruecos
Cuando 'un hermano sufre una desgracia la reacción normal es volcarnos hacia él, y esto es lo que vamos a hacer ahora con Marruecos'. Con estas palabras, José Miguel Zaldo, presidente de Narvaiza y del comité empresarial hispano-marroquí resumía la respuesta unánime del empresariado español ante el atentado terrorista del pasado viernes contra la Casa de España en Casablanca.
Zaldo, que durante toda la jornada de ayer mantuvo conversaciones con una amplia representación de empresarios con intereses en el país magrebí y con la cúpula de la CEOE, confirmaba que 'ni una sola de las empresas españolas se ha planteado paralizar sus proyectos en Marruecos', sino todo lo contrario, 'existe un acuerdo general para multiplicar las operaciones de inversión y comerciales como muestra de nuestro apoyo incondicional al pueblo marroquí'.
En esta línea, el presidente de la patronal, José María Cuevas, enviaba sendas cartas al primer ministro, Driss Jettu, y al presidente de la Confederación General de Empresas de Marruecos, Hassan Chami, en las que manifestaba, expresamente, el deseo de incrementar las relaciones económicas y fomentar los lazos empresariales, 'no dudaremos en acelerar la realización de todas las actividades que están previstas con Marruecos'.
Cuevas transmitió también este deseo al rey Mohamed VI, a quien ofreció la colaboración de los empresarios españoles en 'todo lo que pueda ser útil' para combatir el terrorismo.
En la misma línea, la asociación Centro de Estudios e Investigación sobre Inversiones y Desarrollo en Cataluña, integrada por las patronales Fomento del Trabajo y Pimec-Sefes y por el sindicato CC OO, emitía un comunicado de solidaridad en el que afirmaban que 'Marruecos sigue siendo un país seguro, tanto para las inversiones como para el turismo'.
Un socio preferente
Marruecos es hoy el décimo cliente de España y el primero en África, con unos intercambios comerciales que alcanzaron 3.061 millones de euros en 2002, mientras que el volumen de inversiones españolas acumuladas en los últimos cinco años supera los 240 millones, cifra que sitúa a nuestro país como el segundo inversor extranjero en el país, después de Francia.
En Marruecos están instaladas cerca de 900 empresas españolas, desde las multinacionales (Telefónica, Endesa, Repsol o Cepsa) hasta los grandes bancos (BBVA, SCH y Caja Madrid), además de Gas Natural, Aguas de Barcelona, Aceralia, Abengoa, Occidental Hoteles, Sol Meliá, Fagor, Roca Radiadores y un elevado número de pymes agroalimentarias y manufactureras.
Precisamente, uno de los representantes de este último segmento empresarial, Joan Canals, presidente de Pulligan Internacional, pionero entre los inversores de textil y confección en el país magrebí, insistía en que 'los atentados no van a poner en peligro las inversiones en Marruecos. La situación en el país es normal y el Gobierno de Rabat está capacitado para controlar la situación'.
Donde los empresarios sí advierten posibles efectos negativos es en el turismo, aunque 'si no se repiten los actos terroristas sólo durará el tiempo que la gente tarde en olvidarlo'. Una opinión compartida por el presidente de la Federación Española de Agencias de Viajes, Jesús Martínez Millán, quien matiza que 'los atentados no se produjeron contra intereses turísticos, sino políticos, y si la seguridad se garantiza durante los próximos días, no habrá cancelaciones de reservas'. Más comedido, el presidente de AC Hoteles, Antonio Catalán, hacía votos para que los atentados integristas 'no se extiendan y afecten al turismo nacional'.
También el Gobierno está decidido a apoyar diplomáticamente la solidaridad y la actuación de las empresas españolas en Marruecos. El vicepresidente segundo y Ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha confirmado que realizará un viaje oficial a Rabat en julio y anunció que revisará todos los acuerdos financieros para que España continúe siendo uno de los principales socios económicos y políticos' de este país.
Rato acudió ayer al hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona para visitar al vicepresidente del Casal Catalá en Marruecos, Joan Alié, herido de gravedad en el atentado terrorista, mientras la ministra de Exteriores, Ana Palacio, aplazaba el viaje previsto para hoy a Rabat por problemas de agenda de su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa.
Los viajes comerciales 'esperan acontecimientos'
A pesar del apoyo incondicional de los empresarios españoles a Marruecos, una primera consecuencia de los atentados terroristas ha sido la suspensión de los viajes de promoción y comerciales previstos para los próximos días.La suspensión se produce a indicación de la Oficina Comercial y de la Cámara de Comercio de España en Casablanca, que recomiendan prudencia 'a la espera de acontecimientos'. Precisamente, la Cámara española en esta localidad marroquí, anexa a la Casa de España, ha sufrido graves daños materiales en el atentado, motivo que obligó a suspender el encuentro empresarial hispano-marroquí que debía celebrarse ayer en la sede cameral, organizado por la Cámara de Madrid.Otras actividades aplazadas han sido una misión comercial a Casablanca de productos industriales y tecnología, organizada por la Cámara de Almería, y una misión inversa de empresarios marroquíes a Granada anunciada para la próxima semana.Se mantienen, sin embargo, las misiones programadas por las Cámaras de Barcelona, Sevilla y Zaragoza para junio y el Seminario de Inversiones programado por el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), cuyo presidente, José Manuel Reyero, expresaba el 'máximo interés de la Administración comercial por potenciar las actividades promocionales en Marruecos'.Por su parte, las compañías aéreas que operan entre España y Marruecos, Iberia y Air Maroc, confirman que no hay cancelaciones en las reservas de vuelos entre ambos países.