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Economía mundial

Alemania entra en recesión y arrastra a la UE al estancamiento económico

La economía alemana sigue enferma. La Oficina Federal de Estadísticas confirmó ayer lo que las primeras estimaciones e índices de confianza venían avanzando desde hace semanas. El gigante centroeuropeo, que representa un tercio de la economía de la Unión Europea, no acaba de despegar. En el primer trimestre del año registró un crecimiento del PIB negativo, del -0,2%, en tasa intertrimestral (sobre el trimestre anterior). En el cuarto trimestre el crecimiento fue del -0,03%. Esto significa que el país ha entrado de nuevo en recesión técnica (dos trimestres consecutivos con crecimientos negativos), como ya ocurrió a comienzos de 2002.

Visto lo visto, el Gobierno del canciller Gerard Schröder vela armas para que la ligera recesión no vaya a más. La receta para evitarlo, expresada ayer por el ministro de Finanzas, Hans Eichel, pasa por la vía del ahorro. Dicho de otra forma, que el endeudamiento no supere las inversiones públicas, algo que se estima que es muy difícil de conseguir dada la delicada situación en que se encuentran las cuentas del país, que en 2002 superaron con creces un déficit fiscal del 3% del PIB, límite máximo permitido por Bruselas. Eichel reconoció ayer que, dada la debilidad de la demanda, no se alcanzarán los 449.800 millones de euros de ingresos previstos inicialmente en noviembre cuando el Ejecutivo pensaba que la economía iba a crecer un 1,5% en 2003. Eichel rebajó esa cifra ayer en 8.700 millones de euros, consciente de que será difícil evitar este año que no se supere de nuevo un déficit del 3% del PIB, por el que Alemania ya tiene una amonestación por parte de la UE.

Como medidas ineludibles, Eichel propone revisar todos los gastos, sobre todo, las subvenciones. Mientras algunos proponen un recorte general del 10% de todas las subvenciones, el ministro desea una reducción selectiva, que perjudique mínimamente a las ayudas concedidas a las pymes y al resto de las empresas por investigación y desarrollo.

La revisión del gasto en pensiones también está sobre la mesa pero ya se ha granjeado un fuerte rechazo social, como en Francia.

A pesar de todo, el Gobierno alemán mantiene la nueva previsión que hizo en enero, de que el PIB crecerá un 0,75% de media este año, un porcentaje que se considera extremadamente optimista a juzgar por el propio Buba (Bundesbank). El banco central germano se apunta a un crecimiento que, probablemente, no rebasará el 0,5%.

La debilidad de la economía alemana está echando por tierra las perspectivas de la Comisión Europea de una recuperación en el primer semestre del año. Según publicó ayer desde Bruselas la oficina de estadísticas comunitaria Eurostat, la economía de la zona euro registró un crecimiento nulo (cero) en el primer trimestre del año (ver cuadro), en una estimación preliminar del periodo. La Comisión tildó de 'sorprendente' el dato, ya que esperaba un mejor comportamiento de la zona.

Al carro de las cifras negativas de producción en los primeros meses se han sumado otros países de cierta importancia aunque de menor peso que Alemania, como Italia (-0,1%) y Holanda (-0,3%). Sólo Grecia, Irlanda y España mantienen tasas de crecimiento de cierta consideración, superiores al punto.

Bruselas mira ahora con deseo el efecto positivo que puede tener sobre consumidores y empresarios el fin de la incertidumbre generada por la guerra de Irak. Si el primer trimestre está perdido aún quedan otros tres para salvar el año, con un crecimiento en torno al punto.

También se está muy al tanto de la evolución de la locomotora norteamericana, que parece ser la única que puede sacar del desaliento a Europa, ante el retraso en la implantación de reformas estructurales prometidas desde hace varios años por los Gobiernos del Viejo Continente.

El BCE exige control del gasto para limar el agujero presupuestario

Ante la debacle presupuestaria de gran parte de los países centrales de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) insiste en que no se debe deslegitimizar los principios del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. 'De cara al futuro resulta esencial la adopción de medidas enérgicas de política fiscal y la aplicación de las normas establecidas en el Pacto de Estabilidad', indicó ayer en su boletín mensual de mayo. Los países que no hayan alcanzado el equilibrio -Francia, Alemania Italia y Portugal- 'deben adoptar las medidas de saneamiento que resulten necesarias'. O lo que es lo mismo, afianzar el control sobre el gasto. Toda estrategia de consolidación presupuestaria (tendencia al equilibrio) 'reforzará la confianza' y el crecimiento económico a corto plazo. El banco que dirige Wim Duisenberg recuerda también que las reformas estructurales, 'encaminadas a eliminar las rigideces en los mercados de trabajo y de bienes', son imprescindibles para incrementar el potencial de crecimiento del área. El BCE cree que la orientación de la política económica (nivel de tipos de interés) sigue siendo coherente, a pesar de que algunos Gobiernos como el francés y el alemán ya le han solicitado un nuevo recorte del precio del dinero, por debajo del 2,5%, para reactivar la economía. El banco espera que en los próximos meses se produzca una recuperación gradual de la economía y que adquiera mayor dinamismo en 2004, apoyada por el descenso de la inflación y los bajos tipos de interés. Pero avisa que siguen existiendo desequilibrios macroeconómicos y dudas sobre el ajuste que el sector empresarial necesita para aumentar la productividad, clave para seguir generando empleos.

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