'La parcelación del mercado afecta al precio de los libros de texto'
La parcelación del mercado editorial, intensificada en los últimos años por la transferencia de competencias en materia educativa, ha influido en el aumento de los precios, según explica Mauricio Santos, presidente de Anele (Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza). 'Los precios de los libros de texto se empezaron a modificar cuando se rompió la homogeneidad y hubo que comenzar a hacer ediciones especiales para las diferentes autonomías. Primero Cataluña, después el País Vasco y luego otras. Pero a partir de 2000 esta variedad se intensificó aún más con contenidos específicos e idiomas particulares. Esto encareció los libros porque había que incrementar los esfuerzos para que cada texto se ajustara a las exigencias de cada comunidad autónoma. Además, se multiplicaban los trámites administrativos para conseguir las correspondientes aprobaciones', explica Santos.
En este sentido, la Ley de Calidad 'parece que no influirá de forma negativa en los precios, ya que se podrán hacer libros más universales. No obstante, aún es pronto para juzgar, porque la ley todavía no está desarrollada en un reglamento', añade el presidente de la patronal de los editores.
Según Santos, con el restablecimiento de la libertad de enseñanza para los centros y la supresión de la 'censura previa', los libros podrán tener un alcance más amplio, 'aunque respetando siempre las diferencias lingüísticas', lo que se traducirá en una disminución de costes por parte de las empresas.
'Las editoriales deberán realizar un gran esfuerzo inversor en elaborar nuevos contenidos'
Del otro lado de la balanza, en cambio, está el escaso plazo de tiempo que tendrán las editoriales para adecuar sus textos a la nueva norma. El problema es que esta implantación se deberá realizar en los próximos dos años (excluido el curso escolar 2003-2004), lo que supondrá un gran esfuerzo para las compañías. 'Las editoriales deberán renovar todos los contenidos desde la educación infantil en adelante y esto requerirá nuevos recursos humanos y de inversión, lo que provocará que muchas editoriales no puedan abordar ese reto', comenta el presidente de Anele.
En este marco, se prevé que muchas compañías editoras, sobre todo las más pequeñas, tiendan a especializarse sólo en unas cuantas materias. Algunas, incluso, pueden entrar en una situación financiera delicada o desaparecer al no poseer los recursos suficientes para acometer una renovación como la que requerirá la nueva Ley de Calidad.
Por lo tanto, mientras la amplitud de las enseñanzas comunes podría derivar en una bajada de precios, el esfuerzo inversor que requerirá la adecuación a los nuevos contenidos puede actuar en sentido contrario. No obstante, y como señala Santos, 'aún es pronto' para evaluar la repercusión de la norma.
Lo que sí está claro es que 'la nueva Ley de Calidad altera las relaciones con las comunidades autónomas. Ahora el reto es que las autonomías apliquen la ley', puntualiza Santos, sobre la base de su larga experiencia en el sector.