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Política exterior

Bush refuerza su política hacia Oriente Próximo con un plan de libre comercio

George Bush quiere reforzar su política en Oriente Próximo con una oferta económica: el desmantelamiento de las barreras comerciales en EE UU para los países en esta región en los próximos 10 años. El presidente tenía previsto hacer esta propuesta en un discurso en la Universidad de Carolina del Sur, según anticiparon sus asesores, y se espera que Bush presione con más fuerza para la puesta en marcha del plan de paz que se impulsa con la 'hoja de ruta'.

Con este programa bajo el brazo, Bush enviará al secretario de Estado, Colin Powell, y al responsable de comercio Robert Zoellick a la reunión del Foro Económico Mundial que se celebra en Jordania en junio. Para el presidente, liberalizar el comercio ayudará a mejorar la prosperidad de la región 'una cuestión crítica para hacer del proceso de paz un éxito', explicaban fuentes de la Casa Blanca.

EE UU tiene acuerdos de libre comercio con Israel y Jordania y negocia otro con Marruecos. Para esta nueva ronda, Washington demandará que se cumplan determinadas condiciones, como tener una economía de mercado y el compromiso de no tolerar el terrorismo.

Antes de pronunciar este discurso, el Consejo de Seguridad se reunió para examinar la propuesta de resolución presentada por EE UU, Reino Unido y España para levantar las sanciones contra Irak y que garantiza a Washington el control del petróleo iraquí hasta que se instale un Gobierno en el país, además de relegar a la ONU a nivel de consultor. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo ayer que no se puede saber cuánto tiempo estarán las tropas en Irak, aunque dio a entender que más de un año. La resolución no prevé la vuelta de los inspectores de la ONU, aunque las armas de destrucción masiva, que justificaron la guerra, no aparezcan.

La discusión sobre la resolución empezará la semana que viene, pero el embajador ruso dice tener 'muchas preguntas'. Francia ha dicho que quiere adoptar una actitud práctica añadiendo que sólo 'un papel central de la ONU' legitimará el nuevo Irak. En la práctica, EE UU ya está tomando los mandos de la gestión del país. Ayer el Departamento del Tesoro abrió algunas sucursales de bancos nacionales en Bagdad para pagar salarios a los funcionarios e inyectar liquidez en los bolsillos de los iraquíes.

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