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Política Monetaria

Nuevos objetivos en la política monetaria

El Banco Central Europeo aprovechó ayer la comparecencia ante los periodistas para adelantar los cambios en la estrategia de política monetaria, compromiso que el presidente Duisenberg tenía contraído para antes de abandonar su cargo este año. Los cambios introducidos son más limitados de lo esperado, y únicamente flexibilizan tanto los criterios de estabilidad de precios como los mecanismos a utilizar para lograrlo.

Para el BCE, 'la estabilidad de precios se define como un incremento interanual del IPCA inferior al 2% para el conjunto de la eurozona, y ha de mantenerse en el medio plazo', tal como ya lo era en la estrategia diseñada en 1998. Pero ha anunciado que para el futuro, 'al objeto de lograr la estabilidad de precios, dirigirá sus esfuerzos a mantener la tasa de inflación cercana al 2% a medio plazo'. Cambia 'inferior al 2%', por 'cercana al 2%', en lo que el propio banco entiende como un compromiso de contar con un margen de seguridad suficiente que sirva de protección contra los riesgos de deflación, concepto hasta ahora ausente de los textos oficiales del BCE. Con esta fórmula el BCE amplía su capacidad de maniobra para movilizar su política monetaria en ayuda de economías de la zona que tengan dificultades de crecimiento.

El banco admite que puede haber sesgos en los sistemas de medición del avance de los precios, así como en la determinación de los diferenciales de inflación entre países de la zona. El BCE hace una serie de consideraciones sobre el papel de los movimientos de la liquidez y su influencia en los precios, e insiste en que seguirá utilizando una 'amplia gama de indicadores monetarios, incluido el M-3, sus componentes y contrapartidas, en particular el crédito', pero abandona la fijación de un objetivo anual de M-3, para establecer objetivos de más largo plazo.

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