Halliburton, empresa ligada a Cheney, explotará los pozos de petróleo de Irak
Una vez conocida la magnitud del contrato, firmado de forma urgente el 24 de marzo, la oposición al Gobierno de George Bush tiene más argumentos para denunciar que los lazos de la empresa con Cheney han favorecido la concesión. El vicepresidente presidió Halliburton en el periodo 1995-2000.
De hecho, los términos íntegros del contrato con Kellogg Brown & Root (KBR), la filial de Halliburton, se han hecho públicos a preguntas del congresista demócrata por California, Henry Waxman, al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, con el que se firmó el contrato.
En respuesta a la pregunta de Waxman, quien había criticado que la Administración de George Bush ocultara la magnitud del contrato, el portavoz del Ejército, Robert Flowers, confirmó que incluye 'la utilización de las instalaciones y la distribución de los productos'.
Waxman se ha quejado de que 'sólo ahora, cinco semanas después de que se diera a conocer el contrato, los miembros del Congreso se enteran de que Halliburton puede extraer y distribuir el petróleo de Irak'.
El congresista se refirió al valor del contrato al criticar que 'no tiene tiempo limitado ni hay límite de dólares, y aparentemente está estructurado de forma que se alienta al contratista a aumentar sus gastos y, consecuentemente, los costes al contribuyente'. Según Waxman, el contrato puede alcanzar los 7.000 millones de dólares.
Como respuesta, Flowers dijo que esa suma estaba basada 'en el peor escenario', en el que se suponía que los 1.500 pozos de petróleo de Irak estarían incendiados y que habría 'masivos vertidos de crudo intencionados y polución derivada de los fuegos'. Sin embargo, sólo unos pocos pozos fueron incendiados durante la guerra.
'Para cada petición, el Gobierno establece el alcance del trabajo y el coste estimado. El trabajo se presenta al contratista, que prepara su propuesta técnica y de gasto para realizar el trabajo', contestó Flowers en la carta que envió a Waxman.
Preguntado ayer por la controversia desatada al conocer los detalles del contrato de Halliburton, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, declaró que 'no es asunto de la Casa Blanca ... que no se involucra en la concesión de los contratos'. El Gobierno de Bush ha defendido públicamente que el petróleo de Irak es de los iraquíes, pero la información desvelada ayer sobre el contrato de KBR despierta temores sobre si realmente será así.
Si el contrato de KBR ha implicado críticas contra la Administración Bush por favorecer a empresas sin convocar un concurso, las concesiones hechas por la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE UU (Usaid), encargada de la reconstrucción, no han sido mejor valoradas. Ayer se concedió un nuevo contrato al que sólo unas pocas empresas privilegiadas pudieron optar. La compañía estadounidense Skylink obtuvo un contrato para gestionar los aeropuertos de Bagdad, Basora y Mosul, las tres principales ciudades de Irak.
El contrato es de 2,5 millones de dólares, pero podría alcanzar los 10,2 millones en el plazo de un año y medio, según algunas estimaciones. El objetivo es facilitar las misiones humanitarias y restablecer el servicio aéreo en Irak. La agencia estadounidense ha concedido ya ocho contratos por un valor que asciende a más de 1.000 millones de dólares.