El paro en Estados Unidos sube al 6% tras destruirse 48.000 empleos en abril Sin trabajo y sin motivación para buscarlo
Algunos economistas estaban deseosos de que se acabara la semana para no seguir recibiendo malas noticias. El viernes llegó la última de toda una cascada, pero con matices menos duros de lo esperado por la mayoría del mercado. El paro alcanzó al 6% de la población activa en abril, un mes en el que se destruyeron 48.000 empleos, menos de lo esperado. El sector más perjudicado vuelve a ser el industrial.
La creación y destrucción de empleo se saldó con la menor desaparición de puestos de trabajo en los últimos tres meses. Los analistas esperaban que esta cifra fuera de 60.000, frente a los 48.000 finales. Sin embargo, la tasa de desempleo llega al 6%, cuando en marzo este porcentaje quedaba el 5,8%. Mientras en el Congreso se debate el futuro del estímulo fiscal de George Bush que promete la creación de empleo con él, abril vuelve a llevar el nivel de desempleo más alto de esta Administración al volver a cotas alcanzadas en diciembre y agosto de 1994.
El mes pasado se convierte, además, en el tercer mes consecutivo en el que se pierde empleo. El sector industrial fue el más perjudicado y se dejó en el camino 95.000 puestos de trabajo a pesar de que el aumento de pedidos industriales en marzo daba motivos para pensar que este recorte de puestos sería menor; el sector de la automoción fue el más duramente castigado.
El comercio también adelgazó sus plantillas en 10.000 personas y el transporte, severamente afectado por la crisis en el turismo, vio desaparecer 19.000 empleos. El sector público, con 32.000 empleos, y más tímidamente las finanzas y los seguros, fueron los que aportaron crecimiento a la base laboral.
Actualmente hay 8,8 millones de desempleados en EE UU, mientras que 137,7 millones de personas tienen empleo. Según datos del Departamento de Trabajo, 4,8 millones de personas buscaron trabajos a tiempo parcial aunque hubieran querido optar a uno a tiempo completo. Estos empleos no deseados siguen creciendo y son 600.000 en lo que va de año.
Las cifras hacen pensar que los empresarios siguen mostrando su cautela a la hora de contratar, porque no se ha visto el repunte de la demanda, y que prefieren contar con una mayor productividad que con mayores plantillas. El informe hecho público ayer por el Departamento de Trabajo muestra que los ingresos por hora trabajada subieron como media apenas 2 centavos (15,11 dólares) y la semana media de trabajo fue de 34 horas en abril, cuando el mes anterior fue de 34,3 horas.
Para algunos economistas, incluido el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, este dato, que se ha calificado como malo, es temporal y esperan que una, eso sí, 'lenta recuperación' anime el mercado laboral.
No obstante, esto puede ponerse cuesta arriba porque a pesar del sorprendente y quizá más que nunca volátil dato de la confianza de los consumidores (afectada positivamente por el fin de la guerra), la economía de EE UU no mantiene el nivel de crecimiento requerido para crear empleo estable. Los economistas dudan en colocar el porcentaje de crecimiento entre el 3% o el 3,2%, pero la mejora del PIB dista de llegar a la cifra más baja. De momento, el primer trimestre se saldó con un crecimiento del 1,6% (en términos interanuales es del 2,1%). El propio presidente Bush dijo ayer en un acto en Santa Clara (California) que el país necesita un agresivo crecimiento'.
Los analistas no esperan que esta caída del empleo ponga presión en la Reserva para rebajar sus tipos aún. Lo que si esperan de la reunión del 6 de mayo es que se cambie el sesgo poniendo más énfasis en la balanza de riesgos.
Desde que comenzó la recesión, aún no oficialmente acabada, se han destruido en EE UU más de dos millones de empleos que van a ser difícilmente recuperables, como difícilmente lo será la moral de los que llevan más tiempo en paro de lo que se ha experimentado en EE UU en años.
En los últimos dos años ha caído un 0,9% el porcentaje de personas que trabajan o buscan empleo, lo que supone la mayor rebaja en los últimos 40 años. El problema es que muchos desempleados que rondan la cincuentena, especialmente aquellos bien pagados en las empresas de Internet y las finanzas, cada vez tienen menos motivación para seguir buscando empleo en un mercado del que apenas reciben ofertas y escaso sueldo. Además encontrar un puesto en un país en el que se mueve mucho empleo se ha convertido en un trabajo duro. La media de tiempo de desempleo en abril ha sido de 19,6 semanas, un tiempo que sólo hace 20 años tenían que esperar los trabajadores para volver a una plantilla.