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Nueva Economía

El ex banquero estrella de CSFB, arrestado por destrucción de pruebas

El fraude puntocom ya tiene su primer icono. Frank Quattrone, el que hace poco más de un mes fuera el máximo responsable de Credit Suisse First Boston (CSFB), la división de banca de inversión del grupo Credit Suisse, fue arrestado ayer tras ser acusado formalmente de obstrucción a la justicia y destrucción de pruebas incriminatorias. Quattrone no dormirá, de momento, en la cárcel. Se entregó a las autoridades federales de Nueva York, se presentó ante el juez y le fue retirado su pasaporte. La vista preliminar del juicio ha sido fijada para el 13 de mayo.

La acusación contra Quattrone, que se enfrenta a un juicio penal que le puede costar la cárcel, posee una alta carga simbólica. Se trata del primer gran ejecutivo que es acusado de fraude por operaciones engañosas en las salidas a Bolsa de compañías de Internet, un escándalo que ha salpicado a casi todas las grandes firmas de Wall Street. El Tribunal Federal de Nueva York señaló ayer que el ejecutivo de CSFB encomendó a varios empleados de su firma la destrucción de documentos mientras la justicia investigaba al banco de inversión.

CSFB y otras nueve entidades financieras estadounidenses están siendo aún investigadas tanto por los reguladores como por la justicia por emitir informes de análisis engañosos. Las pesquisas de los reguladores apuntaron que algunas firmas de Wall Street concedían excelentes recomendaciones a compañías que se disponían a debutar en el mercado y cuyos colocadores eran las propias entidades que firmaban los informes de análisis. Tras calentar el valor, los bancos de inversión controlaban la asignación de los títulos para beneficiar a directivos de las firmas debutantes, al tiempo que exigían comisiones a los inversores institucionales para poder participar en las colocaciones que tenían un éxito asegurado.

Las malas prácticas de Quattrone terminaron el 3 de diciembre de 2000, cuando el departamento legal de CSFB advirtió a su máximo ejecutivo a través de un correo electrónico que el regulador estaba tras la pista de irregularidades en los procesos de salidas a Bolsa. A la mañana siguiente, Quattrone envió otro correo electrónico a 150 subordinados en el que les pedía que destruyeran 'notas, valoraciones y otras memorias internas' relacionadas con el negocio de banca de inversión. Estos correos electrónicos han sido las pruebas clave que han implicado al ejecutivo, quien confesó a los reguladores que no estaba al corriente de las investigaciones.

A través de su abogado, Quattrone insistió ayer en su inocencia al señalar que las acusaciones eran falsas. Asimismo, en declaraciones a Bloomberg, un portavoz de CSFB apuntó que el ejecutivo no ha 'realizado ninguna actividad ilegal' mientras trabajaba para el banco.

El acuerdo por análisis engañosos, a punto

Los reguladores de Wall Street anunciarán en los próximos días o semanas el acuerdo definitivo con las firmas de Wall Street que emitieron recomendaciones engañosas. Contemplaba el pago de 1.400 millones de dólares y el cambio de determinadas prácticas de mercado. A cambio, los bancos de inversión han evitado ir a juicio por haber emitido informes sesgados con los que engañaban al inversor, pero que servían para agradar a las empresas de las que cobraban comisiones.El fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, anunció en diciembre el acuerdo con las compañías. Quedaba pendiente el texto final con los términos definitivos. Aunque en las últimas semanas se especuló en determinados medios estadounidenses con una eventual rebaja de las condiciones del pacto, Spitzer ha reiterado que éste quedará intacto.

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