La gran distribución pide al Gobierno menos trabas legales para invertir más
Eugenio Ruiz-Gálvez, consejero delegado de Azucarera Ebro Agrícolas, defendió durante el encuentro, titulado Horizontes de la industria agroalimentaria, que el principal desafío al que se enfrenta el sector de transformación en España es trabajar a los precios cada vez más ajustados que impone el fenómeno combinado de 'la concentración de la capacidad de compra y de la distribución'.
A partir del hecho de que los productos de alimentación y droguería concentran el 69% de las ventas finales a través de los diversos canales de distribución, Ruiz-Gálvez esgrimió toda una batería de datos que demuestran el incontestable crecimiento de las grandes superficies comerciales en detrimento de los establecimientos tradicionales y, dentro de aquellos, de los supermercados de descuento. Así, según los últimos datos disponibles (referidos a 2001), los supermercados suponen el 39% de los 78.673 establecimientos comerciales en España, mientras que un 28% son hipermercados y sólo un 13% son tiendas tradicionales.
En opinión de este ejecutivo del grupo Ebro Puleva, 'el aumento de la exigencia y de la capacidad de negociación del cliente distribuidor es algo bueno y malo', porque, por una parte, redunda en mejoras de la calidad de los productos y del servicio, pero, por otra, 'conlleva una concentración de la oferta'.
La directora general de Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Begoña Nieto, se alineó con los argumentos de Ruiz-Gálvez, al calificar de 'leoninas las condiciones que la distribución alimentaria organizada impone' a los fabricantes, que 'en ocasiones' ponen en peligro la rentabilidad del fabricante.
Pero Rafael Arias-Salgado aseguró que 'las relaciones' con los proveedores del grupo de distribución que preside, Carrefour, 'se rigen por el lema Paz con todos y guerra con ninguno'. A pesar de este ejercicio diplomático, reconoció que la negociación de los precios con los proveedores podría ser más 'flexible o permisivo' si 'la diversa legislación restrictiva de las Administraciones autonómicas no dificultara los planes de expansión de la distribución organizada (o gran distribución)'. Arias-Salgado explicó que 'en el ordenamiento jurídico español existen siete definiciones diferentes de grandes superficies comerciales y, además, siete formas diferentes de medir esta superficie', puesto que en unos casos se incluyen los pasillos de deambulación y aparcamientos, y en otros no.
La falta de 'constancia jurídica de que se consigan las licencias' para poder abrir un nuevo hipermercado lleva, según el presidente de Carrefour, a 'dificultar e incluso paralizar las inversiones'. De forma que 'mientras el crecimiento del formato súper es desorbitado (un 18% de promedio anual), el de los híper es vegetativo (3%)'.
Pugna fiscal con Cataluña
Arias-Salgado aprovechó para referirse a los problemas que están encontrando con las Administraciones de Cataluña, Asturias y Navarra, que se han decidido por gravar a los grandes centros comerciales con un impuesto especial. Calificó de 'cuasiconfiscatorio' y 'discriminatorio' el sistema fiscal en estas comunidades autónomas y señaló que Carrefour ha recurrido la decisión ante el Tribunal Constitucional.
Haciendo un balance de la situación que enfrenta a la industria transformadora y a la de distribución, Jorge Jordana, secretario general de la Federación Española de Alimentación y Bebidas (FIAB), afirmó que 'hay que reconocer que 30.000 empresas son demasiadas' para trabajar en un mercado globalizado, dominado por la gran distribución y con una demanda estancada. En su opinión, 'no es malo' que desaparezcan al año 800 empresas en el sector, 'porque permite a las demás coger dimensión'.
Sin embargo, Jordana advirtió que los fabricantes se ven sometidos a un 'proceso de vampirización financiera' por parte de las grandes cadenas de distribución, debido al aplazamiento de los pagos que éstas les imponen, que 'a veces superan los 120 días'.
No todos los grandes fabricantes parecen tener problemas con los grandes distribuidores. De hecho, el presidente de Sos Cuétara, Jesús Salazar, defendió que en el mercado 'se compite por capacidad de innovación y no por costes'.
En la clausura de las jornadas, el subsecretario del Ministerio de Agricultura, Manuel Pacheco, subrayó que los aspectos que resalten calidad de los productos agroalimentarios 'son primordiales' y, en este sentido, avanzó que el Gobierno está abordando el anteproyecto de Ley de Calidad Agroalimentaria, que también velará por la lealtad en la actividad comercial.
Competir contra el avance de las marcas blancas
Eugenio Ruiz-Gálvez, consejero delegado de Azucarera Ebro Agrícolas, esgrimió como prueba de los efectos de la concentración de la distribución el avance de las marcas blancas y de distribución, que ya suponen el 28% del mercado, frente al 16% en 1998. Insistió en que 'están desapareciendo las marcas intermedias, entre las blancas y las líderes', propias de las pymes.Para contrarrestar el avance de las marcas blancas y la falta de escala de la mayoría de las empresas del sector, Jorge Jordana, secretario general de la patronal FIAB, apuntó dos 'posibles soluciones': la creación de 'marcas colectivas avaladas', como la Denominación de Origen Jerez, y de organizaciones profesionales que unan sus intereses para invertir en I+D, como hacen las conserveras de pescado.Para los vinos españoles es vital agrupar las diferentes denominaciones de origen bajo una misma presentación promocional para defenderse de los productores australianos y americanos, según Alfredo Bonet, director general de promoción del Instituto de Comercio Exterior (Icex).