Bruselas se opone al plan institucional de Giscard
La Comisión Europea y numerosos europarlamentarios no ahorraron ayer vituperios para descalificar las propuestas del presidente de la Convención Europea, Valéry Giscard d'Estaing, sobre el futuro diseño institucional de la Unión Europea (UE). La idea de Giscard de dotar a la UE de una presidencia y vicepresidencia estables, asistidas por un consejo compuesto por dos primeros ministros, un ministro de Exteriores, uno de Economía y uno de Justicia -todos ellos en ejercicio en alguno de los Estados miembros- 'daña', según la Comisión Europea, 'el equilibrio institucional que ha sido la base del éxito de la integración durante 50 años'.
La Comisión, organismo comunitario que hasta ahora se perfilaba como un embrión del Gobierno europeo, reaccionó con extrema dureza a la creación de ese nuevo consejo, compuesto por siete personas en total, que asumiría la responsabilidad de mantener la continuidad de las iniciativas políticas de la UE. 'Es el espíritu que subyace en la propuesta lo que nos obliga a reaccionar así', señaló un portavoz oficial comunitario. La idea de Giscard 'supone la conversión del Consejo Europeo en una especie de Gobierno de facto de la Unión', diagnostica Carlos Carnero, eurodiputado socialista y miembro de la Convención.
El Parlamento también se considera ninguneado por el borrador de los artículos de la futura Constitución, que de momento no reservan a la única institución comunitaria elegida por sufragio universal más que un papel de consulta en la designación tanto del presidente de la Comisión como del nuevo presidente de la UE. Giscard defiende, en cambio, la creación de un nuevo foro, el Congreso, donde se sienten al mismo tiempo europarlamentarios y diputados nacionales, el cual podría acabar siendo el encargado de elegir al presidente y vicepresidente.