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Divisas

El euro supera la barrera de 1,1 dólares y amenaza las exportaciones europeas

La divisa europea se cambiaba hacia las 15.30 horas de la tarde a 1,0979 dólares, frente a los 1,0881 dólares que marcó a primera hora de la mañana y los 1,0971 en los que el Banco Central Europeo (BCE) fijó ayer su cambio oficial.

El euro llegó a superar durante la jornada los 1,10 dólares, si bien la recogida de beneficios impidió que pudiera mantenerse durante mucho tiempo por encima de esa marca.

Los expertos consideran que el avance del euro frente a la moneda estadounidense se debe a la decepción con la que han recogido los mercados algunos datos recientes, como el indicador anticipado sobre la coyuntura estadounidense, que fue peor de lo previsto.

A ello se suma la incertidumbre sobre la situación en Irak tras el fin de la guerra y el temor a una escalada de la tensión entre EE UU y otros países como Siria y Corea del Norte, añadieron.

Por su parte, en Europa, a los expertos y empresarios de los sectores con mayor número de transacciones internacionales comienza a preocuparles que este aumento del tipo de cambio del euro pueda empezar a dañar las exportaciones, cuyo peso en algunas de las economías de los Quince, como la alemana, es crucial para la recuperación de la actividad.

Fuerte revalorización

Asimismo, el euro se apreciaba hasta alcanzar los 131,66 yenes frente a los 130,91 del cierre marcado el lunes. Así, se acercaba a su nivel récord de 134,42 yenes, registrado en febrero de 1999. Según los expertos, este repunte se debe a la incertidumbre persistente del mercado sobre el futuro de la economía japonesa y, en concreto, por la situación del sector bancario.

La divisa japonesa se está viendo afectada negativamente por la propagación del virus de la neumonía atípica, que tendrá serias consecuencias sobre una economía muy dependiente del turismo.

Para las próximas jornadas, los analistas sostienen que el euro seguirá avanzando frente al dólar y consideran que si supera la marca de 1,109 dólares nada impedirá que suba hasta 1,14 o 1,16 dólares. Los analistas japoneses no tienen dudas: 'Cuando el inversor compara a Japón con EE UU y la zona euro, el yen es su última opción', explica Hijiri Fujiwara. Las reacciones a la fuerte revalorización registrada por la moneda única tampoco se hicieron esperar en el Viejo Continente. Así, el responsable del Comité Económico y Financiero de la Unión Europea, Johnny Akerholm, aseguró ayer que la trayectoria que está adoptando el euro comienza a ser peligrosa.

'Lo que no nos gustaría ver es una situación en la que la fortaleza de la divisa europea daña las exportaciones mientras el crecimiento económico no termina de remontar'. Akerholm aseguró que los efectos que sobre la economía europea pueda tener la guerra en Irak no son el principal problema actual, sino un factor más. 'En Europa tenemos desde hace tiempo otros desequilibrios', añadió. El responsable del mencionado comité advirtió además que el debate suscitado desde hace un año en la Unión sobre la flexibilidad del Pacto de Estabilidad no ayuda a la economía del área, en especial a la confianza.

También los analistas estadounidenses ven con preocupación la situación interna de la economía. 'El mercado estadounidense tiene graves problemas, no hay crecimiento de la actividad y ninguna señal de recuperación', afirmó ayer Kurt Magnus.

Tímida mejora de la industria en Alemania

El Bundesbank alemán anunció ayer que la coyuntura germana comienza a ver la luz al final del túnel y que la situación de la industria mejoró en los dos primeros meses del año, aunque consideró 'probable' que el déficit público vuelva a superar el 3% del PIB en 2003.En su boletín de abril publicado ayer, el Bundesbank añade que la producción y la entrada de pedidos en Alemania mejoraron en enero y febrero respecto de finales de 2002 y, aunque no lograron alcanzar el nivel del año anterior, 'el retroceso se mantuvo dentro de límites estrechos'.Sin embargo, la situación sigue siendo delicada en el sector de la construcción, donde tanto la producción como la entrada de pedidos cayeron con respecto al otoño de 2002, añadió el banco.Por otra parte, el Bundesbank pidió al Gobierno germano una 'congelación del gasto público' como única manera de mantener equilibradas las cuentas del Estado pese a la prevista reducción de la presión fiscal en 2004 y 2005.

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