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Golf

Un torneo muy especial

El zurdo Mike Weir se ha convertido en el primer canadiense que gana el Masters. El campeonato estuvo rodeado de polémica Por Jacint Felip

El mal tiempo -llovió hasta el viernes lo que obligó a aplazar la primera vuelta- se convirtió en el protagonista del torneo, por delante de las manifestaciones anunciadas por el Consejo Nacional de Organizaciones Femeninas que finalmente se celebraron el pasado sábado a 600 metros de la puerta principal del Augusta National Golf Club para protestar por la política de la entidad de no admitir mujeres entre sus miembros.

Apenas una cincuentena de personas se manifestaron. Un poco más allá, un número similar apoyaba la política del club que preside Hootie Johnson y defendía el evento contra aquellos que acudieron a Augusta a perturbar la semana más importante que cada año vive esta pequeña localidad de Georgia situada al este de Atlanta. Si bien no preocupó la convocatoria feminista de Martha Burk -algunos socios del Augusta National incluso la ridiculizaron-, sí que empiezan a hacerlo las acciones que han comenzado a llevar a cabo.

Martha Burk se ha dado cuenta de que Hootie Johnson y sus socios se han atrincherado en su feudo y ratifican 'que nunca tomarán decisiones a punta de bayoneta'. La política de las organizaciones feministas que presionan Augusta se traslada a los patrocinadores no sólo del Masters, sino a todos los que participan en el circuito profesional estadounidense, PGA Tour, el más poderoso del mundo, para que abandone su apoyo al golf si persiste la discriminación de Augusta.

El primer paso de Burk ha sido enviar una carta al comisionado del PGA Tour, Tim Finchem, para que el Masters deje de estar incluido en el circuito americano. En su contestación, Finchem le hizo notar que el torneo no forma parte de su organización, sino que se trata de una competición asociada, aunque sus premios contabilizan en los circuitos de todo el mundo. Burk no quedó satisfecha y amenaza con elevar el tono de sus reivindicaciones hasta el boicot a todas aquellas marcas que están en el golf, con la pretensión de que Finchem convenza a los rectores de Augusta o que el torneo, por celebrarse en un club que discrimina las mujeres, sea excluido del calendario y pase a ser otro, por ejemplo el The Players Championship (TPC) el que ocupe su lugar.

La medida empieza a preocupar a los 37 patrocinadores con los que cuentan los torneos americanos y en especial a aquellos vinculados al circuito como son Coca-Cola, IBM, Delta, Mastercard, Anheuser-Busch y General Motors que participa por medio de su marca Buick. Las primeras presiones se han dirigido hacia el líder mundial de refrescos con sede en Atlanta. Uno de los máximos ejecutivos de Coca-Cola, Chuck Fruit, ha reconocido que empiezan a llegar cartas de grupos feministas en las que instan que abandonen el golf.

Un portavoz de la compañía, Ben Deutsch, confesó su preocupación por el cariz que toman los acontecimientos. Hootie Johnson dijo que ellos 'podrían organizar el Masters indefinidamente aunque no haya patrocinadores', pero si la presión sobre el circuito americano, que garantiza el golf en Estados Unidos pone en peligro su desarrollo por la salida de algunas de las marcas que aseguran su viabilidad económica, entonces les obligaría a sustituir el Masters del calendario si el Augusta National Golf Club persiste en su cerrazón. Esta última edición ha sido tan especial que tres jugadores zurdos, Weir, Mattiace y Mickelson, ocuparon los tres primeros puestos. Quizá las cosas hayan empezado a cambiar.

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