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Subida de precios

El alza del vestido y el calzado elevan el IPC un 0,7% en marzo

La inflación sigue disparada, cuando ya se ha sobrepasado el primer trimestre del año. El índice de precios de consumo (IPC) creció, sólo en marzo, un 0,7% si se mide sobre el mes anterior, según los datos hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El espectacular crecimiento se debe, sobre todo, al aumento de los precios del vestido y el calzado, un 2,9% en un solo mes. El aumento corresponde al tradicional efecto escalón, al comparar marzo con febrero (último mes en que operaron las rebajas). El final del efecto rebajas fue responsable de más de un tercio de la inflación generada en el mes.

Al resto contribuyeron otros elementos, como el encarecimiento del crudo. En efecto, el aumento del precio de los carburantes y combustibles (1,9 puntos) repercutió sobre los precios del grupo del transporte (uno de los doce grupos en que se subdivide el IPC), que se elevaron 0,8 puntos en el mes. Sólo en las comunicaciones se redujeron los precios (-0,2 puntos). El resto de los grupos mantuvo comportamientos inflacionistas.

Alimentos frescos

Los alimentos frescos se encarecieron 0,5 puntos. Los hoteles, cafés y restaurantes, un 0,6% de media.

Con todo, la inflación interanual (la que compara los precios con respecto a la situación que existía hace 12 meses) se redujo una décima en marzo, pasando del 3,8,% de febrero, al 3,7%.

Esta ligera mejoría, a pesar del fuerte crecimiento de los precios en tasa mensual, se debe a que el efecto escalón de este año no ha sido tan fuerte como el producido en la primavera de 2002. La inflación subyacente (la que descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos frescos) se redujo en marzo del 3,3% al 3,2% en tasa interanual. La reducción de la inflación interanual ha servido al Gobierno para ver la botella de la economía medio llena. El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, dijo ayer que el dato de marzo apunta hacia una 'tendencia de desaceleración' de los precios que, subrayó, será 'mucho más intensa' en los próximos meses y situará el IPC cerca del 3% al final de la primavera o principio del verano.

De Guindos incidió en que la moderación de los precios en los próximos meses se verá impulsada por la apreciación del euro frente al dólar y por el menor vigor que todavía registra la economía internacional.

Sin embargo, la oposición política y los sindicatos se encargaron ayer de hacer ver la botella medio vacía.

El secretario de política económica del PSOE, Jordi Sevilla, tildó de 'malas' las cifras del IPC de marzo, y dudó que, con la 'equivocada' política económica del Gobierno, se pueda alcanzar este año una inflación mejor que la de 2002, en que se acabó con los precios de consumo en el 4%, mientras que el PIB sólo creció un 2%. Sevilla reprochó al Gobierno que mire 'hacia otro lado', intentando subir los impuestos especiales, lo que contribuye a elevar la inflación.

Por su parte, UGT avisa que el comportamiento alcista de los precios demuestra la importancia de las cláusulas de revisión salarial para garantizar la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores. El sindicato considera que estos datos ponen de manifiesto que la política económica del Ejecutivo es incapaz de reactivar la economía, generar suficiente empleo y mejorar la protección social. La patronal CEOE, más optimista, estima que la reducción de la inflación, en tasa interanual, lograda en unas circunstancias de incertidumbre, 'hace prever que en los próximos meses continúe la tendencia de moderación de los precios y se acentúe la convergencia con la media de los países europeos'.

Diferencial con la UE

Esta convergencia es precisamente una de las mayores preocupaciones del Gobierno. El diferencial de precios con respecto a la media de la UE sigue estando por encima de un punto. De Guindos calculó ayer que éste se situó en marzo en 1,3 puntos, a falta de conocer el dato definitivo de Europa.

Precisamente esta semana la OCDE advirtió que la persistencia del diferencial de inflación puede acabar minando la competitividad de los bienes y servicios, en una economía como la española, que es una de las más abiertas de los países desarrollados.

Otro factor a vigilar es la evolución del crudo, vital para controlar las tensiones inflacionistas, en un país muy dependiente de las importaciones de energía. El conflicto con Irak provocó un incremento súbito de los precios del crudo en las semanas anteriores al inicio de la guerra, que ha ido corrigiéndose en los últimos días, conforme se acercaba la toma de Bagdad por las tropas de EE UU, con una vuelta del precio del crudo a niveles cercanos a los 24,5 dólares el barril. Los servicios, un sector muy inflacionista, se mueven, de momento, con un incremento de precios cercano al 4%. Por comunidades, Cataluña sigue siendo la más inflacionista, con los precios en el 4,2%.

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