'Un directivo debe ser como una esponja'
El ex jugador de baloncesto del Real Madrid Antonio Martín, madrileño de 36 años, es hoy un alto ejecutivo de UBS Banca Privada, donde asesora a deportistas y artistas sobre cómo invertir su patrimonio
De la cancha y vestir pantalón y camiseta a pisar moqueta y usar traje y corbata. Durante 11 años, Antonio Martín, madrileño de 36 años, fue jugador de baloncesto en el Real Madrid. Sabía que la vida de un deportista profesional es corta. Y por ello se dedicó a formarse en temas financieros una vez que abandonó su carrera deportiva. En 1997, dos años más tarde de haber dejado la camiseta blanca, entró a trabajar como asesor de inversiones para clientes privados, empresas familiares y gestión de tesorería de sociedades en la filial de Merrill Lynch en Madrid. Desde finales del año pasado dirige el área de deportes y entretenimiento de UBS Banca Privada. También ha impartido clases como docente de la asignatura de mercados capitales en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid.
Pregunta. ¿Qué cree que UBS Banca Privada ha visto en usted como directivo?
Respuesta. Creo que dos componentes fundamentalmente. Por un lado, mi experiencia durante más de cinco años y medio en una multinacional similar como es Merrill Lynch, y por otro, mi faceta como deportista, además de tener conocimientos de finanzas. La decisión de dedicarme a esto la tomé yo y no me arrepiento, aunque hay ocasiones en las que echo de menos el baloncesto. Ahora lo disfruto como espectador. Pero viene bien de vez en cuando un cambio de aires.
P. Cada vez son más los deportistas que, una vez finalizada su carrera deportiva, se dedican al mundo de la empresa.
R. El mundo deportivo ha evolucionado mucho. Cada vez más deportistas tienen formación universitaria y piensan en su futuro profesional, que lo tienen que encauzar por otros caminos.
P. Y ahora, desde su actual puesto, les ayuda a cómo invertir sus finanzas.
R. Yo, por haberme dedicado a ello, entiendo bien este nicho de negocio que, en concreto, abarca a los deportistas y los artistas, que tienen unas características especiales, como puede ser tener unos ingresos superiores a la media. Y lo que buscan principalmente los deportistas, debido a que su generación de ingresos es unidireccional y el tiempo que se dedican a esta profesión es corto, es preservar su capital. En cambio, el artista tiene una generación de ingresos más errática y, por tanto, sus necesidades también son distintas.
P. ¿Se fían de sus consejos?
R. Se fían de lo que represento y de la firma para la que trabajo. Los ojos y la cara son los míos, la persona con la que hablan soy yo, pero al final en quien confían es en la compañía. La gente lo que busca es intentar diversificar su patrimonio pero, sobre todo, lo que busca es seguridad y tranquilidad. Un deportista que corre muchos riesgos en su carrera profesional lo que busca para su patrimonio es un estilo de gestión consistente, tranquilo y con poca volatilidad.
P. ¿Haber sido jugador le ha ayudado en algo a su labor como directivo?
R. Me ha ayudado el hecho de haber trabajado desde jovencito y el haber aprendido en el campo de juego que tienes que tener generosidad y ser honesto con los demás. Lo que he aprendido con el deporte no sólo lo aplico a mi vida profesional, sino también a mi vida personal. La persona que hace deporte está acostumbrada a la disciplina. Cuando se sufre una derrota tenemos una mayor capacidad de recuperación porque hay que jugar el siguiente partido y no hay tiempo para lamentaciones. La efectividad es mucho mayor cuando se sabe trabajar en equipo, y eso se aprende jugando. Tienes que ser solidario con tus compañeros. Es sanísimo trabajar en equipo, aunque a veces tener ese espíritu cuesta, pero tiene muchas recompensas. En esta empresa no me planteo hacer las cosas yo solo. En un trabajo tienen que estar involucradas en la misma manera e intensidad todas las personas que forman el equipo. Y eso es responsabilidad de los que llevan el equipo.
P. ¿Es esa la principal función de un directivo?
R. Un ejecutivo debe ser como una esponja, debe saber escuchar y aprender de los demás. Es como el coordinador de cancha, el base, el que reparte el juego. Lo importante de un trabajo, por encima de los cargos, es buscar efectividad y soluciones. Y la misión de un alto ejecutivo es, precisamente, encontrar soluciones. Reconozco que ser generoso cuando se trabaja en equipo cuesta, pero luego es muy reconfortarte. Yo siempre tengo la puerta abierta para recibir otras propuestas y otros puntos de vista distintos. Los soplos de aire fresco son necesarios.
P. ¿En el deporte brillan en exceso las estrellas, es bueno que también deslumbren en la empresa?
R. Puedo hablar por UBS Banca Privada y aquí vale de poco brillar. Más que el éxito y el aplauso inmediato, lo que hay que buscar es el éxito a medio y a largo plazo. Lo mejor sería que en vez de brillar una sola persona brillara todo el equipo. En una institución financiera, hay gente que puede estar más expuesta y ser la cara visible, pero el éxito es de todos. No se puede brillar en solitario.
P. Las empresas se están empezando a dar cuenta ahora de que es necesario tener profesionales y directivos equilibrados, que sepan compaginar su vida personal con la profesional.
R. La vida de una empresa es como la de un equipo. Para tener profesionales o jugadores sanos es necesario que tengan un descanso, que luego ese tiempo se puede dedicar a lo que uno quiera, pero es importante desconectar. Una persona debe ser lo que no haga de lunes a viernes. Yo trabajo una media de ocho a 10 horas al día, pero los fines de semana disfruto haciendo deporte, en el campo o leyendo cosas que me apetecen.