Las tropas coaligadas cercan Bagdad para preparar el asalto a la capital
Los bagdadíes sufrieron ayer el inicio del toque de queda, que va desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana, en una ciudad cercada por las tropas estadounidenses, asediada por constantes bombardeos para destruir las baterías antiaéreas, sin agua, sin luz y con muchos de sus comercios cerrados. Sus dueños han emprendido una huida a la desesperada en los últimos días, en busca de un lugar más seguro.
A la espera del asalto definitivo a la capital por los soldados anglo-estadounidenses, los hospitales se iban colapsando con la llegada de numerosos heridos. Según el portavoz de la Cruz Roja Internacional, Roland Huguenin-Benjamin,'durante los bombardeos más feroces, los hospitales recibían más de 100 heridos por hora'.
Desde el cuartel general del Comando Central aliado en Qatar se aseguraba que las tropas estaban a punto de controlar todos los accesos a la capital. Por primera vez en los 18 días de guerra, EE UU lanzó bombas de mortero en el centro de la ciudad.
Mientras, alrededor de 7.000 soldados de la coalición intentaban reforzar posiciones en el aeropuerto, situado a unos 20 kilómetros al sur de la capital.
El ministro de información iraquí, Mohamed Aseed al-Sahaf, aseguraba que las fuerzas leales a Sadam Husein seguían combatiendo a las tropas invasoras. Según el ministro, seis tanques estadounidenses habían sido destruidos y unos 50 soldados enemigos muertos. A última hora de la tarde, EE UU aseguró que uno de sus aviones de transporte, un C-130, había aterrizado ya en el aeropuerto.
Entrada en Basora
En el sur del país, en Basora, las fuerzas británicas entraron en el centro de la ciudad y se colocaron en distintos puntos de la ciudad sin encontrar resistencia de los iraquíes, según informó la cadena de televisión Al Jazeera.
Según su corresponsal, en la ciudad, de millón y medio de habitantes, 'reina una tranquilidad expectante' tras la entrada de las fuerzas británicas, que 'no encontraron ningún tipo de resistencia, pues las fuerzas iraquíes se habían retirado'.
En esa zona, EE UU sigue buscando a Alí el Químico, que según sus informaciones puede estar muerto. El comandante iraquí, primo del presidente Sadam Husein y miembro de su círculo íntimo, ha estado a cargo de la frontera sur de Irak desde el inicio de la guerra. Uno de sus guardaespaldas murió en uno de los bombardeos aliados a Nasiriyah.
La de ayer fue una jornada con numerosos incidentes del denominado 'fuego amigo'. Un avión estadounidense bombardeó un convoy kurdo en el norte del país al que se habían unido soldados de EE UU. Un hermano del líder del Partido Democrático del Kurdistán fue herido en el bombardeo que se produjo cerca de Mosul y al menos 10 personas resultaron muertas, entre ellas tres estadounidenses.
Otro convoy, que trasladaba a personal de la embajada rusa y a periodistas hacia Siria, fue tiroteado a la salida de Bagdad. En el convoy, formado por 25 personas, se encontraba el embajador ruso, Vladimir Totorenko. Desde Qatar, EE UU se apresuró a negar la autoría del ataque, mientras que el portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que el Kremlin no estaba claro aún quien fue el responsable.