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Bolsas

Los resultados de las empresas, otra prueba de fuego para Wall Street

No sólo de guerras y conflictos geopolíticos viven las Bolsas del mundo. A medida que la situación bélica se complica, aumenta el número de observadores, expertos y analistas que van más allá de la situación en Irak y releen con detenimiento los renglones de los fundamentos económicos y empresariales.

Hay en Estados Unidos una cantinela que se repite de manera machacona en los últimos días. Los medios de comunicación más influyentes advierten de los riesgos de entrada en recesión si la invasión a Irak se complica.

Las últimas encuestas sobre el estado de ánimo de consumidores e inversores han batido récords negativos. El componente psicológico, que siempre juega un papel primordial en la evolución de la economía y de los mercados, está hundido. Es necesario, por tanto, buscar otras premisas básicas que funcionen mejor y sean capaces de animar la situación. La pregunta del millón de euros es fácil, ¿cuál o cuáles?

Hay asuntos, al margen de la futurología, que siempre han tenido una influencia decisiva en el proceso de formación de los precios de las acciones cotizadas en Bolsa. Se trata de la imagen que representan, es decir, de los resultados que consiguen cada año. El auge, éxtasis y explosión final de los valores tecnológicos, que de aquellos vientos vienen estos lodos, se fundamentó en el desprecio, precisamente, de las constantes vitales.

Finalizado el primer trimestre, las empresas de Wall Street se apresurarán a dar resultados. Los primeros datos se publicarán en la Semana Santa. Lo harán, en concreto, 12 empresas del Dow y 144 del S&P. Más del 80% restante lo hará durante la siguiente semana. Los analistas reconocen que ahora sólo se puede especular sobre estos datos. Hay quien sospecha que el casi olvidado término profit warning podría ponerse de nuevo de moda si se mantiene la incertidumbre actual.

Respecto al primer trimestre, la revisión a la baja de las previsiones iniciales supera en 2,9 veces la revisión al alza. Es una ratio elevada, el mayor de los últimos meses, incluyendo la primera mitad de 2002. Además, según la información recopilada por Firs Call, las empresas esperan un aumento del beneficio del 11%, aunque sin extraordinarios ni otras zarandajas, muy al uso en Wall Street, podría quedar limitado al 4%.

Los resultados empresariales se convierten, así, en otra gran prueba de fuego para los mercados, aunque en el corto plazo las idas y venidas alrededor de la invasión de Irak lo acapare todo y se produzcan sobrerreacciones en ambos sentidos.

Brasil y la amenaza latente

Han repetido hasta la saciedad los medios de comunicación que la mejora de la fuerza relativa de la Bolsa española respecto a sus homólogas europeas viene de la mano de un ambiente más bondadoso en Latinoamérica. Es una verdad a medias, que es peor que la mentira para los inversores.El mercado nacional se ha comportado hasta ahora menos mal, por la composición del índice. En el Ibex no hay asegurados como en el Dax alemán. Aun así, Latinoamérica es un monstruo durmiente. Brasil, además, sigue en el ojo del huracán, porque los últimos datos económicos no acompañan.Lo peor, el paro. El desempleo en Brasil subió en febrero al nivel máximo en seis meses, porque el enfriamiento económico ha obligado a las eléctricas y a otras empresas a reducir el personal para cortar los costes. El paro subió en febrero, último registro oficial divulgado, al 11,6% desde el 11,2% de enero. Se trata, en cualquier caso, del tercer aumento mensual consecutivo. Lula se enfrenta, de este modo, al peor de los retos desde que es presidente de Brasil.

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