Aznar confía en que Francia y Alemania se pondrán del lado de los aliados
Aznar respondió ayer tarde en el Congreso a dos preguntas sobre la guerra horas después de anticipar, en una reunión con empresarios en La Moncloa, que en los próximos días se van a vivir 'horas cruciales para que el conflicto acabe cuanto antes'.
El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, se valió de esta afirmación para acusar a Aznar de estar 'en el puesto de mando de la operación' y de prestar apoyo logístico a las tropas estadounidenses, más allá de los objetivos humanitarios en los que se ha comprometido el Gobierno español.
Pero lo que realmente marcó la estrategia parlamentaria del presidente del Gobierno fue la acusación a Zapatero de defender una postura cada vez más solitaria: 'Ustedes nos quieren sacar del mundo y meternos en un aislamiento absurdo que no defiende nadie. No se si lo hacen por osadía o por ignorancia', le dijo. Aznar mantuvo que el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, y su ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, han matizado sus discrepancias con los aliados y han asegurado que si hay que elegir entre éstos y 'un régimen cruel y tiránico', apoyarían a los primeros, un hecho que el presidente interpreta como un claro signo de acercamiento a EE UU que también secundará Alemania. Según Aznar, ambos países cuentan con unidades desplegadas en el Golfo en misiones de apoyo logístico. La ofensiva del presidente en este terreno coincide con los esfuerzos que realiza Raffarin para limar asperezas con EE UU.
Precisamente hoy, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, hablará probablemente con su homólogo francés, Dominique de Villepin, aprovechando la reunión que los jefes de la diplomacia europea tienen previsto celebrar en Bruselas con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. En vísperas de esta cita, Palacio machacó el mismo clavo que Aznar. 'Se han quedado solos en el mundo defendiendo el régimen de Irak. Francia y Alemania ya no están con ustedes', le dijo al diputado socialista Jesús Caldera.
Rajoy, contra el PNV
El Gobierno también utilizó ayer otras artes para eludir el cerco parlamentario. Aznar evitó comentar la exigencia de dimisión que le planteó el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, mientras que el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, salió el paso de las críticas del PNV, acusándole de patrocinar 'una operación de ruptura de la Constitución'. El diputado Iñaki Anasagasti exigió que se cumpla la Constitución y se abra un debate parlamentario sobre la guerra, como prevé el artículo 63.3 de la Carta Magna. En el se dice: 'Al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz'.
El Grupo Popular hizo ayer un nuevo esfuerzo por exteriorizar que se mantiene unido. Pese a ello, prosiguen las deserciones en el ámbito municipal. Concejales del PP de la localidad segoviana de Pedraza de la Sierra han presentado una moción en la que piden al Gobierno que se desmarque de la guerra. La concejal de La Laguna Raquel Lucía Pérez también se sumó a la opinión de que la guerra 'es un error moral'. Hasta ahora son 19 los ediles del PP que han abandonado el partido.