El ascensor celebra su 150 cumpleaños
Una de las grandes verdades de la vida de las modernas ciudades es que sin ascensores todo sería plano. Ni la Torre Picasso de Madrid ni el Empire State de Nueva York ni las Petronas de Kuala Lumpur ni la pugna por construir la torre más alta existirían.
Todo cambió gracias a un casi inocente invento del que este año Otis, la empresa que lo pusiera en marcha, celebra su 150 aniversario. En un teatro del corazón de la isla de los rascacielos que tanto le deben se recreó ayer el momento en el que el mecánico Elisha Otis presentó en 1854, en una exposición en el Chrystal Palace de Nueva York, su elevador. Fue una fiesta en la que participaron 150 ejecutivos de la multinacional que hoy es Otis, entre ellos su presidente Ari Bousbib.
Hace 149 años fue éste un momento teatral. Ante toda una curiosa audiencia, Elisha se subió a la plataforma y cuando llegó al tope de altura rompió el cable para sorpresa (y pavor) de los asistentes que vieron, sin embargo, como el ascensor no caía. 'Todos seguros, señores, todos seguros', dijo.
Y es que la necesidad del transporte vertical es antigua, pero hasta que el señor Otis ideó para su empresa Bedstead Manufacturing (de Nueva York) un sistema automático que evitara que la plataforma o la caja se cayera en el frecuente caso de que se rompiera el cable o la cuerda que lo movía, el sistema era inestable y muy inseguro.
Lo sabían en una empresa de muebles que sufrió un accidente que costó la vida a dos empleados y que encargó a Otis en 1853 la construcción de dos modernos 'transportadores seguros', por los que pagaron 600 dólares de aquella época. Entonces el mecánico estaba en paro, por el cierre de su empresa, y pensaba en tomar la ruta del oro cuando dos ex compañeros recolocados en la fábrica de muebles se acordaron de su ingenio.
Cuatro años más tarde se instalaba el primer ascensor comercial en el edificio de cinco pisos E. V. Haughwout. Desde entonces hasta ahora, la Otis que fundara el creador del invento en 1855 y continuaran sus hijos es el mayor fabricante de ascensores del mundo y está integrada en el conglomerado United Technologies. Cientos de empresas fabricantes han utilizado el ingenio de Elisha para desarrollar ascensores.
Según las cifras que maneja Otis, cada 72 horas los ascensores transportan el equivalente a la población mundial. Hasta se han registrado nacimientos, entre ellos el del actor Jack Lemmon, cuya madre no llegó a la sala de partos y dio a luz en el elevador del hospital de Boston.
Parte de la celebración de ayer mostraba cómo los modernos ascensores funcionan con los mismos principios básicos que aplicó el mecánico Otis.
El futuro del ascensor seguirá ligado a las nuevas tecnologías. Como el poliuretano sustituyendo el acero de los cables, el futurista 'ascensor del espacio' desarrollado por la Universidad de Oklahoma o la más real innovación del Skyways, que recorre algo más de medio kilómetro en un minuto y está especialmente pensado para los rascacielos que, a pesar de los ataques terroristas contra Nueva York, se siguen construyendo.