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Turismo

El descenso del turismo pone en peligro a las firmas de lujo europeas

El estallido de la guerra en Irak es otra preocupación más para las empresas especializadas en artículos de lujo. La crisis económica ya afecta al sector y el temor a que el conflicto bélico ralentice aún más el consumo ensombrece las perspectivas de estas compañías.

Las previsiones de Gucci, la tercera empresa del sector, reflejan las incertidumbres que amenazan al sector. La firma agradó la semana pasada con una caída de beneficios del 27% en 2002, menor de lo esperada, pero se mostró muy cauta para el futuro como viene siendo la norma en el sector. 'Todo dependerá de la duración de la guerra. Los clientes locales siguen comprando, pero el turismo ha parado de golpe', señaló el director ejecutivo de la compañía, Domenico De Sole. 'Estuve encargado de Gucci América en 1991 y el negocio fue difícil durante la guerra, aunque cuando terminó hubo una fuerte recuperación'.

Las empresas de lujo han vivido más de dos años difíciles, agravados por la crisis económica y los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Las familias con mayores ingresos, el grupo con mayor accesibilidad a productos de lujo, ha sufrido además el desplome de las Bolsas en los tres últimos ejercicios. Según la Reserva Federal, en EE UU estas familias mantienen el 56% de su riqueza en Bolsa, por lo que el poder adquisitivo de este grupo ha sufrido un fuerte revés. Credit Suisse First Boston señala que el aumento de desempleo y la moderación salarial han supuesto un aumento desproporcionado en este grupo en los últimos años.

Morgan Stanley señalaba en un informe reciente que prevé la recuperación del sector en 2004, pero resalta que estas compañías no verán el crecimiento de dos dígitos que les caracterizó durante los últimos años de la década de los noventa. La firma señala, además, que muchas compañías se adaptaron a un entorno de elevado crecimiento y considera, por tanto, que muchas de ellas deberán replantear su estrategia.

La menor llegada de turistas desde Asia o EE UU es otra preocupación que apuntan los expertos. Morgan Stanley indica que tras la primera Guerra del Golfo el turismo tardó un año en recuperarse.

El segmento que agrupa los fabricantes de relojes se enfrentará a mayores dificultades, según varios expertos. Goldman Sachs señala que los inventarios de relojes han aumentado en los últimos 12 meses, mientras los pedidos han cedido. Morgan Stanley prevé un 2003 difícil y apunta que las exportaciones de relojes suizos han caído un 6,2% en el año. La guerra dificulta la situación. Bulgari reconoció la semana pasada que su negocio dependerá del entorno geopolítico.

LVMH aguanta en Bolsa gracias a la reestructuración

LVMH, la principal fabricante mundial de artículos de lujo y de la que Christian Dior controla el 42,4%, es una de las empresas que mejor aguanta el temporal este ejercicio. Pierde un 2,91% en Bolsa. La firma logró además volver a los beneficios en la segunda mitad del año 2002 gracias a la reducción de costes y a la apertura de una tienda en Tokio. La compañía ha desvelado su intención de vender los negocios menos rentables como Sephora. Los analistas aplauden sus iniciativas, aunque tras el estallido de la guerra la cautela se impone. Goldman Sachs sacó el valor de la lista de valores con perspectivas de rentabilidad de al menos un 20% el viernes por las numerosas incertidumbres geopolíticas.El comportamiento de Richemont, la segunda distribuidora del sector, dista mucho de la de su rival. La compañía pierde el 30,9% en el año, una evolución más en línea con la de otras empresas de lujo como Pinanult Printemps Redoute, la distribuidora que controla el grupo Gucci, que cede el 29%.Richemont ha advertido que los beneficios del año fiscal que acaba en marzo podrían caer hasta el 40%. La compañía ha reconocido que deberá efectuar una provisión de 50 millones de euros para afrontar los costes derivados de la reducción de sus negocios en EE UU y Bélgica. JP Morgan señalan que ofrece una valoración atractiva con respecto a otras del sector.Morgan Stanley también aplaude los planes de reestructuración de la empresa, pero señala como principal riesgo el impacto de la guerra en el negocio de relojes y joyas.

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