El Congreso apuesta por reducir a la mitad el recorte de impuestos de Bush
El calendario de sesiones manda y en la orden del día figura que esta semana tanto la Cámara de Representantes como el Senado estudien los borradores de Presupuestos y hagan sus propuestas sobre el plan de Bush para el año 2004. El proceso es largo y ya en sus inicios crece la frustración de algunos legisladores que están en total desacuerdo con los generosos recortes fiscales propuestos por Bush, máxime cuando se prevé déficit récord (1,35 billones de dólares para la próxima década, según la oficina del Senado) y se desconoce oficialmente el coste de la campaña bélica.
Tal y como están las cosas, se prevé que ambas Cámaras congelarán todos los gastos, excepto los dedicados a defensa y la financiación de los programas médicos para la tercera edad y los pobres para los que Bush propuso fondos de 470.000 millones en la próxima década. Este año el presupuesto de defensa ha sido de 376.000 millones de dólares. Los legisladores no saben si seguir o no adelante con el debate en vista de que la Casa Blanca no se ha comprometido a pedir un paquete extraordinario de gastos para la guerra hasta que ésta haya dado comienzo.
Lo que se temen es que se les presente la factura de la guerra, a la que no se pueden negar, una vez se hayan aprobados los recortes fiscales. McCain y la también republicana Susan Collins han sugerido que el tamaño del recorte fiscal tiene que decidirse una vez se sepan los costes estimados de la guerra. El republicano Lincoln Chafee ya ha dicho que votará en contra de los recortes de Bush.
Donald Rumsfeld, titular del Departamento de Defensa, incluso está empezando a perder los nervios. '¿Cómo vamos a proponer un Presupuesto si no sabemos cuánto durará todo?', se ha preguntado en alguna ocasión.
Algunas fuentes de la Casa Blanca han asegurado que sufragar el conflicto costará entre 60.000 y 90.000 millones, asumiendo que la guerra dure a lo sumo un mes. Este coste no incluye los gastos de la posguerra y el papel de EE UU tras la contienda, algo que el Gobierno perfila en un profundo mutismo. Los legisladores creen que la Casa Blanca pedirá entonces un segundo cheque para esta etapa que no será menor de 100.000 millones de dólares.
Lo que sí que incluyen los Presupuestos será una ayuda para Israel por la que se han manifestado a favor en varias cartas oficiales firmadas por republicanos y demócratas. La ayuda, calificada de 'urgente' por ambos partidos es de carácter militar en su mayoría. Israel, que es ya el mayor receptor de ayuda de EE UU, ha pedido 8.000 millones en garantías de préstamos y entre 1.000 y 2.000 millones en ayuda militar directa. En 2003 el presupuesto de ayuda exterior estipulaba una entrega a Israel de 2.100 millones en equipamiento militar y 600 en apoyo económico. Paquetes de ayudas similares pero menos generosos para Egipto, Turquía y Jordania están en estudio también.
La primera Guerra del Golfo, que duró 43 días, costó 61.000 millones, 80.0000 millones al cambio actual, pero sólo 7.000 millones corrieron de cuenta del presupuesto de EE UU. El resto lo pagaron unos aliados que no combaten en esta guerra.