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Dow Jones

Wall Street y la Reserva Federal optan por la cautela hasta que la guerra dé señales

Wall Street puso ayer freno a las ansias compradoras de las últimas tres sesiones a la espera de comprobar si las expectativas de una guerra rápida se cumplen. Así, los inversores decidieron mantenerse apartados del mercado o por transformar en caja las ganancias acumuladas desde el jueves.

La sesión estuvo marcada por la constante ida y venida de los índices, movimiento que no varió una vez conocida la decisión de la Reserva Federal. El banco central estadounidense mantuvo los tipos de interés en el 1,25%. Al mismo tiempo, decidió no modificar su posición sobre el escenario económico ante las incertidumbres geopolíticas y señaló que vigilará muy de cerca los acontecimientos en las próximas semanas, señal de que está dispuesta a bajar los tipos si la cosa se pone fea en Irak.

Los comentarios de Greenspan no aportan nada nuevo en un escenario dominado por la guerra. Que la economía de Estados Unidos se debilita es un hecho que puede comprobarse en las últimas cifras macroeconómicas, como el aumento del desempleo, la caída de la actividad industrial en febrero y el último dato conocido ayer, el fuerte descenso en la construcción de viviendas nuevas. Lo verdaderamente importante para los mercados será conocer las consecuencias que tendrá la guerra sobre la confianza de los consumidores y los inversores en Bolsa.

Las subidas de las últimas cuatro sesiones, en las que el Nasdaq ha ganado el 9,48% y el Dow un 8,5%, se han producido en gran parte por la recompra de posiciones de venta que tenían ejecutados muchos inversores que confiaban en mayores caídas en la Bolsa. Asimismo, están basadas en una victoria rápida, algo que todavía falta por comprobar. A todo ello hay que sumar la posibilidad de atentados terroristas después o durante la campaña militar, que podría tener efecto muy dañinos sobre la confianza de los inversores.

Los condicionantes para una recuperación de la renta variable pasan, además, por una mejora económica y de los resultados empresariales que tampoco está clara. Aunque la mayoría espera un nuevo recorte del precio del dinero para mayo, no son pocos los que subrayan que la Reserva Federal tiene cada ven menos margen de maniobra. Asimismo, señalaban que Greenspan ha atribuido demasiada culpa a la incertidumbre provocada por la guerra para justificar el estancamiento económico. 'Los niveles históricamente bajos de los tipos responden a unos fundamentales económicos débiles y no pueden atribuirse sólo a la prima de guerra', señalaban ayer desde Credit Suisse First Boston.

Las tabacaleras, a la baja

Las caídas más abultadas en la sesión de ayer correspondieron a las principales tabacaleras estadounidenses. R. J. Reynolds Tobacco (-8,2%) o Altria (-6,19%), antigua Phillip Morris, sufrieron notables descensos después de que el diario The New York Times publicara que el Gobierno estadounidense reclama 289.000 millones de dólares a a los principales grupos tabaqueros por manipular los niveles de nicotina y por mentir sobre los peligros que entraña el consumo de tabaco.

Entre los ganadores de la sesión figuró Procter & Gamble, que subió un 0,95% tras anunciar que ganará más de lo previsto en el primer trimestre del año, justo lo contrario que el fabricante de ordenadores Gateway (-0,98%), quien adelantó que los resultados serán mucho peores de lo esperado por los analistas.

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