Juego y videoconsuelo
Desde luego que quien no se consuela es porque no quiere. Tan vieja sentencia tan sólo necesita una pequeña actualización. Y es el videoconsuelo, una estrategia muy acertada para una industria castigada en la arena bursátil y unos internautas que adolecen de respuesta para sus plegarias, sobremanera en cuestiones tan trascendentes como el abusivo precio de las conexiones, las leyes que promulga este Gobierno sobre el mundo digital y otras muchas sinrazones que enumerar ocuparía por entero el espacio de esta columna.
El caso es que este marzo nos hemos desayunado durante casi toda la quincena con Microsoft hasta en la sopa. La firma de Gates ha desvelado una primera versión de su paquete de aplicaciones Office 2003 que, cuando llegue a nosotros este verano, incluirá desde software de creación de páginas web a nuevos productos como InfoPath o OneNote. Además, algún duendecillo decidió filtrar para gozo de todos la nueva versión de Windows al que Microsoft llama en clave Longhorn. La filtración apuntaba la introducción de un nuevo sistema de archivos que mejorará sus capacidades de almacenamiento, conocido como Windows FutureStorage (WinFS).
Pero, por encima de todo, Microsoft acapara el protagonismo estos días por el lanzamiento de Xbox Live, el nuevo servicio online para su videoconsola que incorpora un aparatito denominado Xbox Communicator que permite interactuar auditivamente con otros jugadores que nos encontremos en la Red y con los que podemos practicar idiomas o simplemente conversar a coste de tarifa plana ADSL. Probado en una conexión ADSL de 2 megas es algo difícil de creer como cierto. Con una conexión de cable, según como sea de tempestiva la hora, podemos encontrarnos con una de cal y otra de arena. Y en una conexión ADSL normal, la interactividad es bastante elogiable, salvo en momentos puntuales y horas igual de puntas. Xbox Live es una experiencia más que recomendable para cualquiera que tenga mentalmente menos de 30 años o que guarde un buen recuerdo de su adolescencia en salas recreativas. Y, sobremanera, es imprescindible para comprender qué vientos van a soplar y alzar las velas de la navegación por Internet en los próximos años.
Microsoft está demostrando una vez más su habilidad para cambiar de rumbo con la velocidad del viento y sabe que el próximo campo de batalla de la Red será el juego online. Ahí están las cifras de crecimiento geométrico de los portales dedicados a videojuegos. Y el hecho anunciado estos días por el director de la editora de juegos Activision de que 'la industria de los videojuegos podría crecer a un ritmo más lento que el esperado en 2003 si Sony no reduce el precio de su consola PlayStation 2 en 50 dólares'. Si Sony lo hace para la fecha esperada (mayo), Microsoft lo hará también con Xbox, colocándola a 149 dólares (algo más aquí porque la traducción a euros sigue hecha por un becario en prácticas que desconoce que el euro cotiza a 1,10 dólares).
La experiencia de usar Xbox Live (por 'sólo' 59,99 euros suscripción anual incluida) es algo que marcará un cambio en el sector. El otro cambio lo marcarán experimentos como el realizado por un grupo de científicos que han transferido 6,7 gigabytes de datos a través de una red de 10,978 km, desde Sunnyvale (US) a Amsterdam (Holanda) en menos de un minuto (news.bbc.co.uk/1/hi/technology/2822333.stm). Eso es velocidad y lo demás videoconsuelos.
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