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'Caso Urbanor'

Un banquero que vivió la era del 'pelotazo'

La cara más famosa del dúo financiero que desde los setenta formó con su primo, Alberto Alcocer, dio el gran salto al primer plano empresarial de la mano de su matrimonio con Alicia Koplowitz. Una unión que corrió paralela a la de Alberto Alcocer con Esther Koplowitz. La imagen de Alberto Cortina, madrileño de 56 años, hijo del ex ministro de Exteriores Cortina Mauri, y hombre de mundo, ha estado muchas veces a caballo entre las páginas de la prensa rosa y la salmón. En el primer caso, por su enlace con Alicia Koplowitz y luego por su ruptura, tras una relación sentimental con Marta Chávarri. En el segundo, el de la prensa salmón, ha manejado multitud de operaciones que han dejado huella, sobre todo en los sectores de la construcción y financiero.

La carrera empresarial de Cortina empieza en Construcciones y Contratas, germen de lo que hoy es Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Cortina entra en la empresa como meritorio en 1969 y siete años después asciende a consejero delegado. Pero es en 1978 cuando comienza realmente la aventura financiera de los dos primos. Junto a Alcocer hace su primera inversión al comprar el 5% del Banco Fomento, perteneciente al Banco Central que presidía Alfonso Escámez. Al inicio de los ochenta, los primos empiezan a ser conocidos como los Albertos en el ámbito financiero, pero nadie les pone cara hasta la famosa foto de ambos vestidos con gabardina beige. Comienzan a comprar pequeños paquetes de acciones en la cementera Portland Valderrivas y llegan a controlar el 12%, lo que permite a Cortina situar a su hermano Alfonso (actual presidente de Repsol YPF) al frente de la compañía. En 1988 se hacen socios del grupo kuwaití KIO y crean la sociedad Cartera Central, que controla el 12,49% del Banco Central de Alfonso Escámez.

Ya con aspiración plena a banqueros de talla, los Albertos intentan una fusión de la entidad con Banesto, pero fracasa. Entonces viene la doble separación de las hermanas Koplowitz y el acuerdo económico les sirve en bandeja el 30% del Banco Zaragozano. En 1990 entran en el consejo y van subiendo su participación hasta más del 38% en 1997, lo que les catapulta a la copresidencia en mayo (hoy cuentan con cerca del 40%).

Tras su salida de FCC, en 1999 vuelven al mundo del ladrillo y logran entrar en la constructora ACS vendiéndole tres empresas de servicios a cambio del 7% de esta compañía.

Ya al margen de su primo, Alberto Cortina se convirtió en un hombre muy estrechamente ligado al ex presidente de Telefónica Juan Villalonga, quien le nombró consejero de la compañía. Y se convirtió en uno de sus más firmes apoyos. Tras la travesía en los tribunales del caso Urbanor, Cortina respiró tranquilo cuando el juez le absolvió en 2001. Sin embargo, la condena del Tribunal Supremo ha roto su intención de permanecer en el Zaragozano hasta 2005. En varias entrevistas ha repetido que 'nosotros no tenemos apego al cargo'. Ayer dimitió.

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