La refinanciación de hipotecas, un 'cajero automático' para los consumidores
Los tipos hipotecarios de Estados Unidos han marcado este mes el nivel más bajo de la historia. Los tipos fijos a 30 años han llegado al 5,42%. Esta bajada de las letras hipotecarias ha sido el principal sostén del consumo privado y, por tanto, de la economía estadounidense durante los últimos meses.
En Estados Unidos los tipos hipotecarios no están vinculados, como en España, a los tipos de interés oficiales, sino a la rentabilidad de la deuda a largo plazo. El rendimiento del bono a 10 años está en los niveles más bajos desde 1958. Además, el tipo de la hipoteca es fijo, y tanto la normativa como los usos bancarios facilitan el cambio de una a otra. Es lo que se llama refinanciación: cambiar de hipoteca para pagar menos.
'Las familias cambian de hipoteca cuando los tipos a largo plazo han bajado y, además, existe la percepción de que están en mínimos', explica Félix González, de Beta Capital. 'Eso ha sucedido en numerosas ocasiones en los últimos años, y es un proceso que se da en oleadas'. La última oleada está ocurriendo en estos momentos. La refinanciación aumentó en un 34% en la segunda semana de marzo. Mediante este mecanismo las familias pagan menos dinero por la hipoteca, lo que se traduce en mayor renta. Es como un cajero automático para el consumidor de a pie.
Sostén de la economía
En 2002 10 millones de familias estadounidenses obtuvieron 200.000 millones de dólares gracias a la refinanciación de hipotecas. Este volumen de liquidez fue directamente a sus bolsillos, y así el consumo personal aumentó un 4,5% en el año pese al aumento del paro. En el cuarto trimestre el PIB aumentó el 3,1%. La tercera parte de este crecimiento se debió al consumo personal.
No obstante, los expertos dudan de que haya margen para que los tipos a 10 años sigan bajando y, por tanto, para que los estadounidenses puedan seguir rebajando factura. De hecho, por eso mismo los estadounidenses aprovechan para refinanciar ahora. El propio Alan Greenspan reconoció la semana pasada que 'el frenético ritmo de extracción de valor de la vivienda se reducirá de forma apreciable este año, restando soporte al gasto personal y a las compras de bienes y servicios'.