La debilidad económica y la guerra de precios pasan factura a las aerolíneas
Un alto ejecutivo de Lufthansa apuntaba el domingo en un encuentro del sector que 2003 será un año peor que el anterior. Ayer, Scandinavian Airlines reconocía una nueva caída en el tráfico aéreo y adelantaba un panorama muy negativo para el resto del ejercicio. Por otro lado, Swiss International reconocía que ha puesto en marcha un plan de reducción de vuelos en sus destinos regionales.
Los problemas de Lufthansa, Scandinavian y Swiss son comunes al resto de grandes aerolíneas. El enfriamiento económico ha provocado un recorte sustancial del gasto que particulares y empresas realizan en turismo y viajes de negocios. A ello hay que sumarle una mayor reticencia a coger el avión por parte de los ciudadanos ante la probabilidad de una guerra en Irak y el temor a atentados terroristas. Standard & Poor's hacía hincapié la semana pasada en la debilidad del tráfico aéreo por el miedo a un conflicto bélico y amenazaba a las aerolíneas europeas con rebajas en la solvencia.
El resultado es una clara recomendación de infraponderar el sector por parte de la gran mayoría de firmas de análisis. Ni la caída del 18% en los últimos dos meses y medio sitúa a las aerolíneas en un nivel atractivo. Además de la ralentización económica y las tensiones geopolíticas, la competencia en precios que plantean la aerolíneas de vuelos baratos se ha convertido en un escollo para las compañías más tradicionales.
En un informe reciente, JP Morgan destacaba que esta es una batalla ya superada por compañías como British Airways -donde en su mercado natural operan las dos compañías más exitosas en el campo de las bajas tarifas, Ryanair y EasyJet-, pero que todavía tienen que librar Air France, Lufthansa o Iberia.
La respuesta de las grandes aerolíneas a la competencia de vuelos baratos, explican en JP Morgan, suele ser el de recortar sus precios confiando en su poder financiero para agotar a los nuevos entrantes. Aunque según estos expertos, las compañías tradicionales no poseen un nivel de caja tan boyante como antaño y las de bajo precio son las únicas que a estas alturas mantienen altos grados de ocupación en sus vuelos.
En efecto, mientras British o KLM mantienen ratios de ocupación entre el 60% y el 70% en los últimos seis meses, los de Ryanair y EasyJet superaron el 88% febrero, un mes tradicionalmente malo.