La crisis impulsa la fusión de productos
Demasiada oferta para un mercado en crisis. El goteo de pérdidas de las Bolsas y la falta de confianza de los inversores ha empujado a muchas gestoras a racionalizar su oferta de cara al partícipe, a través de la fusión de algunos de sus fondos con políticas de inversión similares. El objetivo no es otro que simplificar las gamas a disposición del público y, de paso, reducir en buena parte los costes administrativos que acarrea el mantenimiento de un fondo de inversión. 'Había un completo desmadre de oferta y eso creaba problemas a la hora de orientar al cliente', sostiene Juan Ignacio Crespo, director de análisis de Lipper.
El caso es que en los últimos meses el lanzamiento de fondos no ha cesado e, incluso, ha aumentado a raíz del nuevo marco fiscal que permite el traspaso del ahorro de un fondo a otro sin penalización fiscal. Las gestoras han aprovechado el fin de esta penalización para lanzar agresivas campañas de captación y promover el traspaso de partícipes de otras gestoras a sus propios fondos. Pero, al mismo tiempo, han sido bastantes los fondos que han sido absorbidos por otros. Más de los que han comenzado a comercializarse. Según los datos recopilados por Inverco, la patronal del sector, el año pasado se crearon 112 nuevos fondos, pero desaparecieron 185, lo que arroja un saldo neto de 73 fondos menos de los que había a finales de 2001. Tan sólo en el mes de enero de 2003 se crearon 34 fondos, pero desaparecieron 55; es decir, un saldo neto de 34 fondos menos.
'Tiene mucho sentido lo que está sucediendo', asegura Fernando Luque, analista de Morningstar. 'La voluntad de simplificar la gama obedece también a una voluntad de lavado de cara y marketing'.
Algunas entidades se han visto obligadas a fusionar fondos que no cumplían los requisitos mínimos de patrimonio y número de partícipes
Muchas de las fusiones que han tenido lugar recientemente obedecen al objetivo de evitar duplicidades. La absorción de unas gestoras por otras o la fusión de grandes entidades bancarias dio pie, en un momento dado, a gamas en las que convivían productos prácticamente idénticos. BBVA y SCH, por ejemplo, llevaron a cabo sendos planes de fusión de fondos en 2001, a raíz de la integración de los grupos que hoy forman sus respectivas siglas. Ambas entidades, además, han concentrado la gestión de las distintas divisiones en un solo equipo, de manera que fondos distintos con idénticas políticas de inversión son gestionados por el mismo equipo.
No es éste, sin embargo, el único motor de la absorción de unos fondos por otros. 'Con la fusión proyectada se pretende dar continuidad a los patrimonios de los fondos absorbidos mediante su incorporación al fondo absorbente y, de esta manera, evitar que los dos fondos absorbidos tengan que ser disueltos por no cumplir, ambos, el requisito legal de patrimonio mínimo y, uno de ellos, el requisito del número mínimo de partícipes'. Así justifica la gestora del Banco Zaragozano la absorción de los fondos Zaragozano Renta Variable Global y Zaragozano Nuevas Tecnologías por el fondo Zaragozano Bolsa Mixto Global. Justificación que pone de relieve el daño que ha hecho al sector la crisis de los mercados, provocando la huida de los partícipes de los fondos más agresivos y el descenso acusado de su patrimonio. Un fondo de inversión mobiliaria (FIM) debe tener un patrimonio mínimo de tres millones de euros y 100 partícipes.
Otro de los motores para la integración de fondos tiene que ver con los garantizados. Son numerosos los fondos de esta categoría cuyas garantías han vencido, pero muchos de cuyos partícipes se mantienen invertidos en ellos, aunque no se aceptan nuevas suscripciones. A medida que vencen esas garantías, las gestoras se encuentran con un número elevado de fondos parecidos, lo que justifica su integración.
Urquijo Gestión, por poner tan sólo un ejemplo, ha ido integrando hasta siete garantizados vencidos en uno solo denominado Urquijo Ahorro, previo cambio de la política inversora de los absorbidos. La gestora justifica este movimiento porque 'la existencia de productos idénticos en la gama de fondos de inversión conlleva una mayor dificultad en la comercialización de los mismos y genera confusión en la clientela'. Asimismo, afirma el folleto de fusión, reducir el número de fondos reduce determinados costes como los que se generan por la publicación de los valores liquidativos en el Boletín de la Bolsa o por auditoria; permite una mayor eficiencia en la gestión y simplifica los trámites administrativos.
La fusión de fondos no implica ningún coste para el partícipe, que, además, si no está de acuerdo, tiene un plazo de un mes para deshacer posiciones sin que la gestora le penalice. Al estar invertido en un fondo absorbido, el partícipe recibirá participaciones nuevas del fondo absorbente resultantes de dividir el valor liquidativo del primero por el del segundo, en la fecha previa a la escritura pública de fusión.