España pugna en vano por suavizar la relajación fiscal en la zona euro
El objetivo del equilibrio fiscal en la zona euro, fijado para 2006, ha pasado al olvido ante el deterioro de la situación económica. El Consejo de Ministros de Economía de la UE aprobó ayer el documento de base para las futuras directrices presupuestarias. En este texto ya no aparece explícitamente fecha alguna y se reconoce el derecho de los Estados miembros a alejarse del déficit cero.
'El documento se ha aprobado intacto', señaló el presidente de turno del Consejo, el ministro griego Nikos Christodoulakis. 'De modo que esta es la base de la estrategia del Consejo (...), basada en poner más énfasis en las reformas estructurales y en el crecimiento'.
El titular español, Rodrigo Rato, pugnó en vano durante una hora para que en un documento paralelo, sobre la coordinación de las políticas económicas, se especificase que ese alejamiento de la ortodoxia fiscal debía ser sólo temporal. El británico Gordon Brown impidió esa precisión. Rato tuvo que conformarse con una críptica referencia a 'la coherencia entre la evolución y la calidad de las finanzas públicas en los programas de estabilidad y el requerimiento de proximidad al equilibrio o superávit'. España interpreta ese detalle como un arma suficiente para exigir a las comunidades autónomas el respeto a los objetivos de equilibrio fiscal.
El documento adoptado ayer, que servirá de base para las orientaciones generales de política económica de la UE de este año, insta a los Estados miembros, en un 'contexto de débil crecimiento económico, a dejar operar totalmente los estabilizadores automáticos'. Dichos estabilizadores suponen el incremento del gasto público en proporción a la caída de la actividad. Su automatismo se deriva del aumento inmediato, en condiciones de enfriamiento económico, de ciertas partidas del gasto social, como los subsidios de desempleo.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el presidente Nikos Christodoulakis subrayó, no obstante, que 'el umbral máximo de déficit sigue siendo el 3%'. Junto a él, el comisario de Economía, Pedro Solbes, se apresuraba a repetir en español la advertencia.
Solbes precisaba, además, que la tolerancia de las desviaciones del objetivo de equilibrio tendrá en cuenta las circunstancias concretas de cada país. 'Analizaremos, como hasta ahora, la salud de sus finanzas públicas y su capacidad para regresar al equilibrio', señaló el alicantino. El comisario recordó que 'la Comisión Europea hubiera preferido que el documento aprobado sobre coordinación de las políticas económicas diera directrices más claras sobre el Pacto de Estabilidad'. 'Hubiera contrarrestado mejor las críticas al pacto', opina Solbes.
La CE propuso en noviembre una reinterpretación del pacto que, manteniendo sus principios fundamentales, permitiera una aplicación más precisa y ajustada a la coyuntura. Los ministros han secundado algunas propuestas, como la vigilancia más estrecha de los países con un elevado nivel de deuda (Italia, Bélgica y Grecia) o la necesidad de activar los sistemas de alerta previstos en el pacto también durante las épocas de bonanza económica. Pero se han negado a refrendar de modo explícito una mayor tolerancia con los países con niveles más bajos de deuda pública (Reino Unido) o a conferir a la CE la potestad de hacer valoraciones sobre la calidad del gasto en cada Estado miembro.
Empleo
Los ministros de Economía aprobaron también sendos informes sobre el impacto del envejecimiento en las finanzas públicas y los avances logrados en 2003 en el proceso de reformas estructurales. Si en el primero España aparece en la zona de mayor riesgos debido a su evolución demográfica, en el segundo recibe los elogios por los esfuerzos en la liberalización de los mercados. Berlín, París y Londres, presentaron además un documento que enfatiza las reformas pendientes en los mercados laborales y pide mayores esfuerzos en investigación y desarrollo. España respaldó esta aportación, que se estudiará en la próxima cumbre de primeros ministros de la UE (el próximo 21 de marzo), aunque para ello exigió que se retirase toda referencia al Pacto de Estabilidad.
La reforma del sistema de voto también figuraba ayer en la agenda del Consejo de Ministros. Finlandia mantuvo su 'reserva sustancial', por lo que la propuesta se traslada a la cumbre de primeros ministros. Helsinki no ha recibido todavía la autorización de su Parlamento para votar a favor de la propuesta.
El euro se consolida por encima de 1,1 dólares
El euro prosiguió ayer la carrera alcista de las últimas semanas y alcanzó la máxima cotización contra el dólar en cuatro años, después de que EE UU manifestara su disposición a atacar a Irak sin el apoyo de Naciones Unidas.Durante la sesión matinal, la moneda única se llegó a cambiar en Francfort a 1,1032 dólares, mientras hacia las 08.45 horas GMT había bajado ligeramente, hasta situarse en los 1,1015 dólares, comparado con los 1,0980 dólares del jueves. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) estableció el cambio oficial del euro en 1,1039 dólares. La depreciación del dólar se producía después de que en la pasada madrugada el presidente estadounidense, George W. Bush, dijera en rueda de prensa que cuando Estados Unidos 'está amenazado no necesita permiso de nadie' para actuar. Ante la inminencia de la guerra en Irak, los operadores en los mercados de divisas prevén que el euro se revalorice hasta los 1,12 dólares. De confirmarse esta estimación, los analistas creen que esta fuerte revalorización de la moneda única frente al billete verde podría comenzar a perjudicar la competitividad de las empresas europeas. Los expertos sostienen que todo dependerá además del tiempo durante el cual se mantenga el euro en el entorno de los 1,1 dólares. Además, otra de las circunstancias que será clave para determinar el efecto sobre las exportaciones europeas de un euro fuerte será la duración y resolución final del conflicto con Irak.