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Ferrocarril

Talgo releva al consejero delegado seis meses antes de entregar el primer AVE

Tras seis años en la empresa, Francisco de Lorenzo, el consejero delegado que metió a Talgo en la aventura de la alta velocidad, abandona sus responsabilidades. El fabricante español de trenes se sumerge así de lleno en época de mudanza, iniciada el pasado mes de diciembre con el relevo del presidente (Lucas de Oriol fue sustituido por Carlos de Palacio), y la puesta en marcha de una ampliación de capital para superar sus actuales estrecheces financieras.

De Lorenzo, según distintas fuentes solventes, se va por diferencias de criterio con De Palacio, que habrían aflorado tiempo atrás, cuando éste era vicepresidente de Talgo.

El nuevo presidente es la cabeza visible de una de las cinco ramas de la familia Oriol que se sientan en el consejo de administración del fabricante de trenes, precisamente la que ha puesto encima de la mesa un plan estratégico para reorientar la dirección de la compañía.

La nueva etapa que ahora empieza se replanteará la proyección industrial exterior de Talgo, según las mismas fuentes. Hay que recordar que De Lorenzo asumió su cargo cuando la presidencia de Talgo la ocupaba José Luis de Oriol, y la mantuvo, aunque con menores competencias, durante el mandato de Lucas de Oriol.

De Lorenzo fue el ejecutivo que capitaneó la apuesta de Talgo por la alta velocidad, corrigiendo así la decisión que en 1989 apartó a la empresa del concurso para construir los trenes del AVE de Madrid a Sevilla. Esta apuesta logró el éxito en marzo de 2001 cuando Renfe le adjudicó la construcción de 16 de los 32 trenes que deben correr en 2004 a 350 kilómetros por hora por la línea AVE entre Madrid y Barcelona.

La salida de De Lorenzo se produce en un momento crítico para Talgo, tanto desde el punto de vista industrial como financiero. Dentro de seis meses tiene que realizar la entrega a Renfe de la primera rama del nuevo AVE y además tiene que encontrar fondos para financiar este proyecto, superior a 330 millones de euros, y las fuertes inversiones en las fábricas de Las Rozas en Madrid y Rivabellosa en Álava.

Fuentes conocedoras de la actividad industrial de Talgo aseguran que en el momento actual el peso de la fabricación de los nuevos AVE se centra en la factoría alavesa para los remolques, mientras que las primeras cabezas tractoras se están fabricando en Alemania. La construcción de los remolques convencionales de la compañía se está efectuando en la planta de Talgo en Finlandia. Las mismas fuentes afirman que la nueva fábrica de montaje de la firma en Las Rozas (Madrid) todavía se encuentra aún a bajo rendimiento.

Fuentes cercanas a la empresa sostienen que los plazos de ejecución del AVE están hoy día garantizados y que la salida de De Lorenzo se produce a voluntad de éste tras dar por superada esta etapa profesional.

Cambio

La salida de De Lorenzo supone un cambio de discurso respecto a las declaraciones oficiales comunicadas por Talgo en el momento del relevo en la presidencia, en las que se afirmaba que ese cambio no afectaría a la linea de gestión.

Los mismos medios precisaron que los cambios en la primera línea directiva de la entidad eran resultado de la conclusión y aprobación por parte de los accionistas de un nuevo plan estratégico para la compañía ferroviaria. La empresa ferroviaria se negó igualmente a precisar las líneas generales y contenido de este plan estratégico.

Respecto a la ampliación de capital, Talgo afirmó en diciembre a que la ampliación será suscrita 'preferentemente por los accionistas actuales de la compañía'.

La empresa anunció el pasado noviembre que el nuevo plan estratégico incluía 'la voluntad firme de continuidad del accionariado actual, así como la recapitalización suficiente para acometer los proyectos en marcha y mantener el desarrollo de los negocios propios a nivel nacional e internacional'.

Los ingenieros de la Administración dicen que trabajan con temor

Las actuaciones y declaraciones del ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, en el desastre del Prestige y las dificultades para poner en marcha la nueva línea ferroviaria de alta velocidad entre Madrid y Lleida, han puesto en pie de guerra a los ingenieros españoles. Diferentes colegios profesionales consideran que Cascos ha ninguneado su opinión experta a la hora de tomar decisiones clave en ambas situaciones y después ha descargado sobre los ingenieros las culpas de sus consecuencias. En declaraciones a la Cadena SER, La Asociación de Ingenieros de Caminos, Puertos y Canales Funcionarios de las Administraciones Públicas afirma que la situación de los técnicos 'es lamentable', sobre todo, por los nombramientos 'a dedo' que sitúan a personas sin experiencia en cargos 'con responsabilidad'. El presidente de esta asociación, Enrique Disdier, denuncia, además, que los técnicos tienen miedo a actuar y a decir a sus superiores lo que piensan, por temor a represalias. 'Cuando un compañero no dice las cosas que quiere que diga el político, le quitan el trabajo y le sientan en una silla y se queda sin trabajo años y años'. A juicio de Disdier, esta forma de actuación en la Administración está en la base de casos como el del Prestige o el AVE. Cuando el ministro de Fomento 'preguntó a sus directores generales si se podía ir de caza', dice Disdier, le respondieron que sí 'porque era lo que quería oír él'.El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, por su parte, aseguró ayer que las 'incidencias' surgidas en la puesta en marcha de la línea del AVE a Lleida 'necesitarán un cierto tiempo para su ajuste, pero no ponen en duda la solvencia del conjunto de los trabajos realizados'. En un comunicado considera 'fuera de toda duda la preparación técnica y la solvencia de los profesionales involucrados' en la obra.

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