España, vista desde el FMI
Esta semana se han publicado las conclusiones del Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía española. El Directorio del Fondo, compuesto por los representantes de los países miembros -entre ellos, de España- elabora sus conclusiones sobre los países a partir de los trabajos de los funcionarios del FMI.
Los funcionarios realizan una visita al país correspondiente y se entrevistan, fundamentalmente, con las autoridades económicas. Por eso no es raro que los informes del FMI de todos los países reflejen, en general, la visión de cada uno de los Gobiernos, y por eso muchos se sorprenden cuando algunos países entran en serios problemas poco tiempo después de publicarse informes del FMI muy elogiosos con la política que estaba llevando a cabo la Administración correspondiente.
Esto se puede observar en las recientes conclusiones sobre España que elogian algunas medidas que el Gobierno español le debió vender, pero que luego no ha implantado. El FMI dice, por ejemplo, que 'la principal medida estructural de reforma del mercado de trabajo ha sido la de modificar el subsidio de desempleo por la que se obliga a volver al trabajo a los desempleados y se suprime progresivamente el subsidio agrario'.
Los que vivimos aquí, en España, sabemos que nada de esto es cierto, que esa fue la intención del Gobierno con el llamado decretazo, pero que luego dio marcha atrás y, por tanto, el elogio del Fondo queda un poco en ridículo.
El Fondo muestra también haber sido desorientado por las autoridades españolas cuando elogia los pasos que ha dado España para eliminar los incentivos a la jubilación anticipada y reforzar la relación entre contribuyentes y pensiones, cuando todos sabemos que lo que hizo la última reforma de la Seguridad Social fue facilitar la jubilación anticipada a una serie de colectivos que iban a perder ese privilegio y, por otro lado, fue el propio Gobierno el que impidió la discusión sobre el cálculo de pensiones en función de la vida laboral.
Pero a pesar de estas inevitables caídas en la propaganda gubernamental, hay cuestiones que no se pueden ocultar y por ello animo a los lectores a repasar las conclusiones (www.imf.org) , puesto que, a pesar de la visión proporcionada por el Gobierno, el FMI ha podido darse cuenta de algunos de los problemas que tenemos en España y que destaca en su informe.
Así, sobre el diferencial de inflación, avisa de que la persistencia de este diferencial debilitará la competitividad de la economía, visión que choca con la complacencia con la que el Gobierno español afronta este problema.
También el Fondo Monetario Internacional se ha dado cuenta del apagón estadístico y pide al Gobierno español que mejore la transparencia de las cuentas públicas. Igualmente vuelve a recordar los problemas del envejecimiento de la población española y la necesidad de diseñar pronto reformas de la Seguridad Social justamente para que puedan ser aplicadas a lo largo del tiempo.
En cuanto a las reformas estructurales, el Fondo pide que se tomen medidas de verdad para estimular la competencia en los servicios con redes, porque por mucho que el Gobierno diga haber avanzado en estos campos, el Fondo se da cuenta de que estos sectores 'siguen ampliamente dominados por unos pocos operadores'. El Fondo resalta la ausencia de un plan para prepararse para las implicaciones en el medio plazo que tendrá la ampliación de la Unión Europea.
Y finalmente, requiere a España para que trabaje en favor de la reforma de la política agrícola común, recomendación que caerá en saco roto, porque, como se sabe, España se ha convertido dentro de la Unión Europea en el principal opositor a la moderada reforma de la PAC planteada por el comisario Fischler.