González adapta la imagen del BBVA a la nueva etapa del banco
Francisco González ha logrado en un año dar un giro al banco. En la junta del 11 de marzo de 2002, primera de González como presidente único, explicó el nuevo rumbo del grupo centrado en el cliente y la rentabilidad. Para ello, el BBVA puso en marcha un nuevo modelo comercial denominado servicios financieros personales, cuyo protagonista es el cliente, y con el que pretende ganar 0,75 puntos de cuota en tres años.
Este cambio lleva consigo una nueva imagen de sus oficinas, que este año afectará a 150 y a unas 450 en tres.
Ahora el banco presentará (hoy, un día antes de celebrase la junta de accionistas) algunos cambios en su imagen corporativa, aunque sin cambiar el logotipo, que seguirá en azul oscuro. Pero se suavizarán ciertos colores en las oficinas y se abrirán los espacios para intentar acercar la sucursal al cliente. Además, por primera vez, presentará un informe de responsabilidad social, algo que González quiere que tome relevancia en el banco, ya que considera que crea valor.
El objetivo de estas modificaciones, que se están introduciendo poco a poco, es adaptar la imagen del BBVA a la nueva etapa del banco que anunció González hace un año, y que durante meses ha pasado a un segundo plano como consecuencia de los problemas jurídicos en los que se ha visto envuelta la entidad.
El último movimiento que realizó el banco dentro de estos cambios fue el realizado el pasado 9 de enero, con una nueva reestructuración de su cúpula y la reducción de seis a tres de sus áreas de negocio.
Ahora, el presidente del grupo y su equipo consideran que es el momento idóneo para presentar al cliente y al accionista un BBVA diferente. Además, el banco realizará una importante campaña de publicidad, con la que, con el eslogan 'Adelante' y mensajes como avanzar, futuro, imaginar o inventar, pretende transmitir la proyección de nueva etapa. Por primera vez, además, el banco recogerá en su memoria un informe dedicado a la responsabilidad social, algo que también ha anunciado el SCH.
Con medidas concretas, la idea del BBVA es poner en marcha este año un plan de acción social que revierta en la sociedad y que sea rentable para el banco. Aunque en la memoria ya se recogen actuaciones realizadas por el BBVA en este sentido en 2002 y que van más allá de lo que se puede entender como mecenazgo.
Este plan de responsabilidad social, esbozado ya en el código de buen gobierno corporativo aprobado en junio, está estructurado en bloques: sistemas de buen gobierno y su cumplimiento, calidad y atención con los clientes, productos de especial interés social, relaciones mantenidas por el BBVA con sus empleados y prestaciones que tienen con ellos ( al margen de la relación salarial y las actividades de patrocinio y mecenazgo realizadas tanto de forma directa como indirecta). En este último punto está la acción social, educativa, investigación socio-económica, difusión científica, salud y cultura.
En la junta de accionistas del banco, que se celebra mañana en Bilbao, se aprobará la eliminación de la medida que impide a un accionista emitir un número de votos que represente más del 10% del capital, uno de los puntos del orden del día más trascendentales para la entidad, que mantendrá, sin embargo, otras normas de blindaje, como la imposibilidad de cambiar al presidente si no votan a favor más de las tres cuartas partes del consejo.
Si se aprueba esta norma, los estatutos pasarán a establecer que 'en las juntas generales, tanto ordinarias como extraordinarias, los acuerdos se adoptarán con las mayorías exigidas por la Ley de Anónimas', de forma que cada accionista tendrá derecho a un voto por cada título que posea o represente.