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Fiscalidad

La retención del salario baja de uno a tres puntos en la mayoría de casos

Un matrimonio de pensionistas. Un cónyuge tiene 76 y es discapacitado, el otro tiene 70 años. Según los cálculos de Hacienda, el nuevo sistema le proporciona una rebaja del impuesto del 50%. Efectivamente su retención pasa de ser del 8% al 4% (baja cuatro puntos). Pero en dinero contante y sonante su ahorro es de 40 euros, lo que significa que se ahorra un 4% en comparación a enero. En otro caso, una rebaja de dos puntos en la retención supone recibir en la nómina de febrero un 13% más que en enero.

En general, la mayoría de los asalariados tendrán desde este mes, y en lo que queda de año (salvo cambios en su situación familiar y laboral), una retención de entre uno y tres puntos inferior a la que se les aplicaba durante el pasado año. Según estimaciones del Gobierno, la bajada de las retenciones supondrá una reducción media del 11,1%. O, lo que es lo mismo, recibir de media un 11,1% más del sueldo que se cobra.

Sin embargo, por la variedad de situaciones, no se puede descartar ni que no se sufra una variación en la retención, como puede ser el caso de algunos asalariados solteros, o que la retención pueda ser de más de tres puntos, como en el caso de asalariados con familia numerosa, pensionistas o discapacitados.

Las retenciones son un pago anticipado y fraccionado del IRPF. En el caso de los ingresos por trabajo, los contribuyentes pagan mes a mes una parte del impuesto. Entre mayo y junio, con la campaña de la renta, se hace una recapitulación de todos los ingresos obtenidos durante el año anterior, se aplica el tipo de gravamen y se restan las retenciones porque son impuestos ya pagados. La diferencia positiva significará que el contribuyente ha tenido una retención inferior al tipo de gravamen que efectivamente le corresponde. Si la diferencia es negativa, significará que ha pagado de más a Hacienda durante el año y, por tanto, tiene derecho a una devolución.

En este mes de febrero empieza a aplicarse el nuevo sistema de retenciones. La novedad es fruto del nuevo IRPF, que entró en vigor en enero. En ese mismo mes se aprobó su reglamento, que es la norma que establece el mecanismo para calcular las retenciones. Así, en enero, y de forma transitoria, se mantuvo el sistema anterior y ya en febrero se aplica el nuevo sistema.

Para calcular las retenciones, las empresas realizan un precálculo del IRPF de sus asalariados. Es decir, tienen en cuenta el sueldo bruto que pagan a cada trabajador, la cotización a la Seguridad Social que les corresponde, y deducciones como el mínimo personal y el familiar. Tras lo cual aplican una escala de gravamen. De esta forma, la retención persigue ser lo más ajustada posible al impuesto final que una vez al año debe declarar el contribuyente. Este sistema es fruto del IRPF que entró en vigor en 1999. Hasta ese año, las retenciones se calculaban en función de una tabla que asignaba unos porcentajes fijos a los trabajadores en función de su salario y del número de hijos.

Crecen las devoluciones

En opinión de los asesores fiscales, el viejo sistema arrojaba grandes diferencias entre la retención y el impuesto final. Pero, en su opinión, el nuevo sistema traslada una importante carga de trabajo a las empresas. Para paliar esta situación, el Ministerio de Hacienda distribuye programas para calcular dichas retenciones. Para los nuevos cálculos del mes de febrero se han distribuido 3,7 millones de programas informáticos. Y desde la página de Internet de la Agencia Tributaria (www.aeat.es) también se puede descargar este programa y sus actualizaciones.

Para Hacienda, el sistema de retenciones se acerca al máximo al pago final del IRPF. No obstante, el número de personas que año tras año reciben su devolución del IRPF aumenta. Por ejemplo, la pasada campaña de la renta se saldó con 10,5 millones de contribuyentes con derecho a devolución (el 76% de declaraciones). Esto supuso un 2,3% más que en el año anterior. De media, cada contribuyente pagó 752 euros de más a Hacienda durante el año.

Entre las razones que hacen que pervivan las devoluciones está la deducción por compra de vivienda habitual y la deducción por aportaciones a planes de pensiones.

Para abogados y asesores fiscales sería deseable que, del mismo modo que Hacienda ha comparado el impacto entre el anterior y el actual sistema de retenciones, también comparara el anterior IRPF con la tarifa actualizada según el IPC, como hasta 1999 era habitual, y el nuevo IRPF. Uno de los pocos estudios de simulación publicados es de CC OO, y entre sus conclusiones destaca que los beneficiados con la reforma son las rentas muy bajas y las muy altas.

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